A Frightening Decision

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EEUU podría haber hecho más por cambiar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU desde adentro.

La Razón (Edición Impresa)

00:03 / 21 de junio de 2018

Días atrás, la representante Permanente de EEUU ante la Organización de Naciones Unidas, Nikki Haley, anunció que su país ha decidido retirarse del Consejo de Derechos Humanos de aquella organización multilateral, calificándolo como “un pozo de parcialización política”. La decisión es temible, pues significa que Estados Unidos desconoce la legitimidad de ese cuerpo.

Precisamente para evitar esta última crítica, la embajadora estadounidense, quien hizo el anuncio acompañada del Secretario de Estado de ese país (Mike Pompeo), dejó “muy claro que al dar este paso no nos estamos retirando de nuestros compromisos con los derechos humanos”, agregando además que EEUU da “este paso porque nuestro compromiso no nos permite seguir siendo parte de una organización hipócrita y egoísta que se burla de derechos humanos”. Irónicamente, la decisión se anunció el mismo día que el presidente del Consejo criticó duramente la política de separar a niños y niñas de sus padres y madres migrantes indocumentados.

Los tres argumentos esgrimidos por los dos máximos representantes de la diplomacia estadounidense son i) que el Consejo está integrado por violadores de DDHH, entre ellos Arabia Saudita, Argelia, China y Vietnam; ii) que el cuerpo de la ONU con sede en Ginebra (Suiza) tiene un “prejuicio crónico” contra Israel, ejemplificado en el reciente intento de pasar una resolución condenando los ataques del Ejército israelita contra manifestantes civiles palestinos; iii) y que requiere una reforma imprescindible, solicitada un año atrás por EEUU cuando asumió un puesto en el Consejo, conformado por 47 Estados miembros, entre ellos Bolivia, que tienen mandato rotativo de tres años.

Bien mirada, la decisión es apenas la más reciente en un contexto de desprecio al multilateralismo anunciado por el presidente Donald Trump desde que inició su campaña electoral. Así, la salida de EEUU del Consejo de DDHH se suma a la decisión de abandonar la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), también por su posición respecto al conflicto entre Israel y Palestina; a la de descolgarse del Acuerdo de París contra el cambio climático; del Tratado Comercial Transpacífico y del acuerdo nuclear con Irán.

Previsiblemente, numerosas voces han lamentado la decisión estadounidense, comenzando por el presidente del Consejo y el Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, así como portavoces de diferentes organizaciones internacionales de derechos humanos, todos ellos coincidiendo en señalar que EEUU podría haber hecho más por cambiar el órgano desde adentro. El único que aplaudió la medida fue el premier israelita, Benjamin Netanyahu.

Vivimos, pues, tiempos inciertos, ya que decisiones como la que aquí se comenta solo permiten imaginar que en el corto y mediano plazo potencias como EEUU pueden comenzar a intervenir unilateralmente en otros países e ignorar a la comunidad internacional.

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