La Jornada,
Mexico
'Scent of Latin American Unity' Irritates Washington
By Angel Guerra Cabrera
Translated by Richard Hauenstein
July 6, 2006
Mexico - La Jornada - Original Article (Spanish)
The media
has been saturated with the second report issued by the so-called Commission
for Assistance to a Free Cuba , created by the government of Bush II for the purpose of imposing a
barbarous colonial and neoliberal regime on the island. In addition to a
mysterious secret addendum for "reasons of national security and effective
implementation," there is an increase in the slice for their mercenaries
in Cuba, but the report says little that is new.
The
draconian measures Bush has adopted in his undeclared war against Cuba are such
that the only thing he's left out of his plans to overthrow the Revolution is
the unaffordable but never quite discarded idea of direct military attack.
And it is for the use of force alone that the sinister recommendations of this
Commission are made.
Just as
in the first report from two years ago , this document is one of the crudest examples of Washington's shameless
interference into the internal affairs of a sovereign state and of its absolute
scorn for international law. It is not my intent here to offer a detailed
refutation of this hypocrisy and cynicism, including U.S. offers of aid to the
Cuban people in areas such as health care and education. Reading the dense and
repetitive text of the report calls attention Washington's animalistic hatred
Washington holds for the Venezuelan-Cuban alliance. How it irritates the
hierarchs in Washington to see this unprecedented first scent of Latin
American unity, inspired by Caracas and Havana!
But there
is one constant throughout the document about which it is worth taking note,
and it is the brazenness with which the government of the United States
presents itself as the paragon of human rights and democracy in the world.
Because it is of fundamental importance to crush this myth, in which many
people around the world continue to believe. The great majority of humanity is
outraged at the tortures at Abu Ghraib and Guantanamo, at the secret CIA flights conducted with the
complicity of European governments, and at the demolition of Iraq and
Afghanistan. Nonetheless, some still hold that these outrages are anomalies of
the United States system, doubting that they reveal the very essence of it.
It is no
coincidence that the discipline of manipulating history is the most developed
in the U.S. system. Anyone that conducts a serious study of the historical
texts will note that genocide and racial discrimination are sprawled across the
pages all the way up to the present, and are the very principles from which
sprang the revolution of the 13 North American colonies. If one reads
historians like Howard Zinn one learns that America's capitalist
expansion was achieved by dint of the meticulously planned massacre of the
country's original inhabitants; or somewhat later of the unruly Filipino
population, who refused to accept the yoke of colonialism imposed in the name
of God, democracy, civilization, and human rights.
A common
technique of the global media "machine" controlled by Washington to
manipulate history is to blur the thread of genocide that runs throughout the
conduct of the Yankee Empire since its inception. How can a system call itself
the champion of liberty when it didn't hesitate to incinerate Hiroshima or
Nagasaki? Or when it murdered millions of Vietnamese? How can a regime consider
itself respectful of democracy and human rights when, after Hurricane Katrina
passed through New Orleans, it was shown that the poor and predominantly
African-American population of that city continues to live in conditions not
much better than those suffered by the slaves on Southern plantations? Would
the ruthless occupation of Palestine by Israel be possible if the Israelis were
not counting on the White House's unconditional support? Aren't the U.S.
policies of plunder and pillage in Latin America, Africa and Asia tantamount to
new and daily consummations of silent Hiroshimas and Nagasakis? Is democracy
compatible with the policies of the "free market economy" so
relentlessly prescribed to Cuba by the Bush Commission?
The most
powerful evidence that these policies are incompatible with democracy is the
uprising of entire peoples, like the Argentines, the Bolivians, the Venezuelans
and the Ecuadorians, against the criminal social effects of neoliberal
policies. The Bush Government, which arose as the result of two scandalous
election frauds, lacks the moral authority to even mention the word
"democracy." We must proclaim to the four winds: today, democracy -
government for the people, such as exists in Cuba - and the triumph of human
rights, can only be based on the struggle of the majority against imperialist
domination.
Spanish Version Below
Estados Unidos y el mito de la democracia
Angel
Guerra Cabrera
Ha sido filtrado a los medios el segundo informe de la llamada Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre, constituida por el gobierno de Bush II con el propósito de imponer un régimen colonial y el neoliberalismo más bárbaro en la isla. Aparte de un misterioso anexo secreto por "razones de seguridad nacional y efectiva instrumentación", y un aumento de la tajada para sus mercenarios en Cuba, poco nuevo aporta el documento.
Bush ha adoptado ya medidas tan draconianas para recrudecer la guerra no declarada contra Cuba que para derrocar a la revolución sólo le queda el recurso impagable, pero nunca descartable, de una agresión militar directa. Y es que únicamente por la fuerza de las armas podrían aplicarse en la isla las siniestras recomendaciones de la comisión.
Al igual que el primer informe de hace dos años, éste es uno de los más crudos ejemplos de la desvergonzada injerencia estadunidense en los asuntos internos de un país soberano y del más absoluto desprecio por el derecho internacional. No es mi propósito refutar detalladamente tanta hipocresía y cinismo, como es la ayuda que ofrece al pueblo cubano en campos como la salud y la educación. Llama la atención al leer el denso y reiterativo texto el odio zoológico de Washington por la alianza venezolano-cubana. ¡Cómo irrita a los jerarcas del imperio el aliento sin precedente a
la unidad latinoamericana inspirado por Caracas y La Habana!
Pero hay una constante en el documento sobre la que merece la pena detenerse y es la desfachatez con que el gobierno de Estados Unidos se presenta como el paradigma de los derechos humanos y la democracia en el mundo. Porque es de primordial importancia derrumbar este mito en el que muchas personas creen todavía en todo el mundo. La gran mayoría de la humanidad se indigna con las torturas en Abu Ghraib y Guantánamo, con los vuelos de la CIA conduciendo secuestrados con la complicidad de los gobiernos europeos y con el arrasamiento de Irak y Afganistán. Sin embargo, todavía muchos albergan la duda de si estos desmanes no serán anomalías del sistema estadunidense no inherentes a su misma esencia.
No es casual que sea la historia la disciplina más manipulada por dicho sistema. Quien la estudia en textos serios se percata de que el genocidio y la discriminación racial yacen hasta hoy en los mismos fundamentos del Estado surgido de la revolución de las 13 colonias de América del Norte. Si uno lee a historiadores como Howard Zinn se entera de que la expansión capitalista estadunidense se hizo a costa de la masacre meticulosamente planificada de los habitantes originarios de ese país o más adelante de la indómita población filipina, que se negaba a aceptar el yugo colonial impuesto en nombre de Dios, la democracia, la civilización y los derechos humanos.
En la manipulación de la historia una de las constantes inyectadas por la maquinaria mediática internacional controlada desde Washington es difuminar el hilo genocida en la conducta del imperio yanqui desde su nacimiento.
¿Puede proclamarse campeón de la libertad un sistema que no vaciló en calcinar a
Hiroshima y Nagasaki? ¿O que asesinó a millones de vietnamitas? ¿Cómo considerar respetuoso de la democracia y los derechos humanos a un régimen social que al paso de Katrina por Nueva Orleáns demostró que la población estadunidense pobre y de origen africano continúa en una situación punto menos que comparable a la sufrida por los esclavos en las plantaciones del sur? ¿Sería posible la despiadada ocupación de Palestina por Israel si éste no contara con el apoyo incondicional de la Casa Blanca? ¿No son las políticas de saqueo y depredación de Estados Unidos en América Latina, Africa
y Asia otros tantos Hiroshimas y Nagasakis silenciosos consumados cotidianamente? ¿Es
compatible la democracia con la "economía de libre mercado" que machaconamente receta a Cuba la comisión de Bush?
La prueba más contundente de que no son compatibles es el alzamiento de pueblos enteros, como el argentino,
el boliviano, el venezolano o el ecuatoriano,
contra los criminales efectos sociales de las políticas neoliberales. El gobierno de Bush, resultado de dos escandalosos fraudes electorales, carece de moral para mencionar siquiera la palabra democracia. Hay que proclamarlo a los cuatro vientos: hoy la democracia -gobierno del pueblo tal como existe en Cuba- y el reino de los derechos humanos sólo pueden construirse en la lucha de las mayorías contra la dominación imperialista.
aguerra_123@yahoo.com.mx