Periodico Amigo,
Colombia
Bush Compounds His Nation's Military Defeat
“Most North Americans won't support this delusion, but Bush's actions may be welcomed in some unexpected places - Iran, for example.”
By José María Rodríguez González
Translated By William Kern
January, 2007 Issue
Colombia - Periodico Amigo - Original Article (Spanish)
As George W. Bush delayed his decision on Iraq during the 2006
holiday season, 109 American soldiers were killed. This war may take no holidays,
but Mr. Bush celebrates his, while the daily killing and wounding of U.S.
troops go on.
Bush, Commander-in-Chief of the U.S. military, is acting out of
partisanship – and not in the national interest. His objective is to use the deteriorating
situation in Iraq to force Democrats to approve an increase of thousands of
troops and nearly $100 billion to extend the war. The goal of this damaging partisan
game is to preserve Bush's "stay the course" mindset - code words that
stand for establishing permanent U.S. military bases in Iraq and securing
access to Iraqi oil for the tycoons of Texas petroleum, many of whom are the President's
friends. These ambitions and the plans to impose a pro-Israel, pro-U.S. democracy
can no longer be hidden behind hollow excuses about providing for Iraq's
security, especially after the U.S. has plunged Iraq into a sectarian war.
Ironically, the continuing loss of American lives and treasure
does nothing to advance the fatuous dreams of the neocons for a Middle East
tucked safely under the wings of an American Empire. Most North Americans won't
support this delusion, but Bush's actions may be welcomed in some unexpected places
- Iran, for example.
Iran cannot admit this publicly, but keeping as many U.S. troops as
possible bogged down in Iraq strengthens Tehran's position in the region. In addition,
in case of an American or Israeli attack on its nuclear facilities, Iran could
easily counterattack against U.S. forces. Bush intends to reinforce his troops,
mostly in Baghdad, but Baghdad is not Iran's only card to play.
Al-Qaeda, on the other hand, is now just another Sunni group. It
may be hated by most Iraqis, but its strategy of fueling civil war and damaging
the U.S. military has proven very successful. The presence of U.S. forces
provides hands-on-training and has been an excellent recruiting tool. The proof
of this is Sunni control of Anbar Province, even after the North Americans completely
won the Battle of Falluja . Wouldn't the Shiites welcome it if U.S.
forces completely took over Sadr City, only to create a Shiite Falluja?
An increase in fresh, U.S. forces in Baghdad would cause a brief
pause in the insurgency, as armed groups adapted, after which the violent campaign
of the insurgency would resume.
The strategy of the insurgency is simple: “The larger and more
powerful your Army, the easier it is to humiliate and defeat it.” The insurgency's
interpretation of events is also clear: “The U.S. has 140,000 super soldiers,
the best armed in the entire world,
and we have forced them to call for reinforcements to save themselves. The more
soldiers we have to attack, the better.”
The military is not clandestine, but the insurgency is. The
Commander-in-Chief's disastrous strategy has reduced U.S. troops to seeking
refuge in fortified bases, and to fighting behind Iraqi troops that serve the
Americans as human shields. Armed forces like those of the Iraqis, without heavy
weapons, high technology, tanks or aircraft leaves it practically toothless.
Even worse, the Iraqi army and police have been infiltrated by Sunni
insurgents as much as it has the Shiite militias. Both do so to gain valuable counterintelligence
training, which gives them an advantage over U.S. forces.
U.S. forces have practically lost control of Anbar Province and
Baghdad. There is little they can do in the middle of such a struggle. The only
way this civil war can be stopped is politically, which is why the U.S. Army is loosing
lives and throwing its money away for nothing.
Removing America troops from Iraq immediately is the most
diplomatic way to show that the U.S. has no interest in permanent military
bases or in taking Iraqi oil. This would leave the insurgency without an enemy
and encourage Iraqis to negotiate peace as an alternative to civil war.
'George Bush announces a new Iraq strategy, with Iran on his mind.'
[Al-Ayyam, Yemen].
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For the U.S., there is no middle ground in Iraq. Would it by reasonable
for the U.S. to intensify the civil war by supporting the Sunnis and al-Qaeda to
halt the Shiite ascendancy in the region - under Iran's umbrella? Or should the
U.S. support Iran, Syria, and the ethnic-cleansing of Sunnis by Shiites to eliminate
al-Qaeda influence in Iraq, at the risk of creating long-term Sunni unrest in
the region? Or perhaps the U.S. should simply re-invade?
The best option would be to remove the troops without much delay,
relocate the most rested troops outside Iraq and then to rebuild Iraq at any
price. If he fails to do so, Bush's responsibility will be all the greater for
launching a war of choice; breaking his army with an unwinnable strategy;
destroying America's diplomatic and political effectiveness in the region; and
covering his hands with the blood of brave Americans. It is they that continue
to be sacrificed day after day on the altar of a vainglorious scheme.
*José María Rodríguez González is a foreign policy analyst
Spanish Version Below
Washington (E.U.), Enero de 2007
Mientras Bush ya tenía suficiente información para tomar la decisión que está tomando,
109 soldados estadounidenses más murieron el pasado diciembre bajo su responsabilidad.
La vida de los soldados no tiene festividades, pero Bush acogió las suyas y no mostró ningún afán de tomar alguna decisión para evitar la diaria matanza y lesión de nuestras tropas.
Bush, el comandante en jefe del ejército de E.U., actúa con intereses partidistas no nacionales. Su objetivo es usar la deteriorada situación en Irak para obligar que en enero los demócratas aprueben el envío de miles de tropas a Irak y cerca de 100 billones de dólares en mayores gastos para extender la guerra en Irak. La mira de ese dañoso juego partidista es preservar el terco "Seguir el Curso" de Bush - frase que traduce establecer bases militares permanentes de E.U. en Irak y asegurarse del acceso del petróleo iraquí para los magnates del petróleo tejano, los amigotes consentidos del presidente. Estas ambiciones ya no pueden esconderse más detrás de la excusa fallida de que los E.U. manejan la seguridad de Irak y que pueden imponer una democracia pro-Israel y
pro-U.S.A. en Irak después de hundirlo en la guerra sectaria.
Irónicamente, la contínua pérdida de vidas americanas y del tesoro sirve de nada para adelantar el sueño fútil de los neocons de tener el Medio Oriente apretado bajo las alas del Imperio americano. La mayoría de americanos no apoyan esa delusión, pero las acciones de Bush pueden ser sorpresivamente bienvenidas en aguas inesperadas --Irán, por ejemplo.
Irán no puede admitirlo públicamente, pero que el máximo de tropas estadounidenses se mantengan atrapadas en Irak une y fortalece la posición de Irán en la región. Además, Irán puede fácilmente contra-atacar las tropas estadounidenses de poca movilidad en sus áreas, en el caso que los E.U. o Israel decidan atacar las facilidades nucleares de Irán. Bush intenta evitarlo reforzando sus tropas, principalmente en Bagdad, pero Bagdad no es el único recurso de Irán.
Al-Caeda, de otro lado, es ahora un grupo sunita, que puede ser domésticamente odiado, pero cuya estrategia de agudizar la guerra civil y de lesionar al ejército estadounidense les ha resultado muy exitosa.
La presencia de tropas americanas provee a Al-Caeda con entrenamiento de primera mano y una excelente herramienta de reclutamiento. El control sunita de la provincia de Anbar
lo prueba, desde que los estadounidenses se tomaron completamente a Faruya. ¿No esperarían los chiitas que los estadounidenses se tomen completamente la
Ciudad de Sadr para esparcir su propia Faruya?
Una prueba de aumento de tropas americanas en Bagdad, todavía fresca, recibió una pausa corta de la insurgencia y las milicias, para adaptarse a la nueva cantidad y logística de las tropas americanas,
y luego desencadenar su reciente campaña de violencia.
La estrategia de la insurgencia es simple: "entre más grande y poderoso sea su ejército más fácil lo podemos humillar y derrotar".
Su argumento actual es claro: "E.U. tiene 140.000
super soldados, los mejor armados del mundo entero, y los hemos forzado a que pidan refuerzos para salvarse. Más soldados que atacar es mejor". El ejército no es clandestino, pero la insurgencia sí. La desastrosa estrategia del comandante en jefe, George W. Bush, ha reducido el ejército estadounidense a refugiarse en bases fortificadas o combatir detrás de las tropas iraquís;
a las que usa de escudos humanos. Unas Fuerzas Armadas sin armamento pesado, tecnología, tanques y aviones, como las iraquíes, son unas fuerzas desarmadas.
Para peor, el ejército y la policía iraquí están infiltrados tanto por la insurgencia sunita como por las milicias chiitas, ambos grupos obtienen invaluables enseñazas de contrainsurgencia que los mantiene en ventaja frente al ejército estadounidense.
Las tropas estadounidenses han perdido prácticamente la provincia de Anbar y Bagdad, hasta ahora. Las tropas americanas no tienen nada que hacer en medio de una lucha política y de inteligencia y contrainteligencia. Incluso la guerra civil solo puede ser detenida políticamente, por lo que el ejército estadounidense está perdiendo vidas y botando dinero por nada. Sacar a las tropas estadounidenses inmediatamente,
lo que puede tomar hasta dos años, es la forma más diplomática para demostrar que los E.U. no está interesado en bases permanentes en Irak o quiere adueñarse del petróleo iraquí.
Dar estas garantías deja a la insurgencia sin enemigo y a los iraqueses forzados a pactar su convivencia como alternativa a la guerra civil.
No hay punto intermedio para E.U. en Irak. ¿Sería razonable suponer que E.U. puede avivar la guerra civil apoyando indirectamente a Al-Caeda y los sunitas para detener el liderazgo chiita en la región, bajo la tutela de Irán? ¿O E.U. puede ayudar indirectamente a Irán, Siria y la limpieza étnica de los sunitas para semi-eliminar a Al-Caeda en Irak, con el costo de establecer una permanente y explosiva insurgencia sunnita en la región? ¿O E.U. puede re-invadir Irak?
La mejor opción es sacar las tropas sin mayor demora, reubicar fuera de Irak los batallones más descansados y re-construir Irak a cualquier precio. De no hacerlo, Bush cargaría con la responsabilidad de lanzar una guerra de su gusto, que rompe al ejército con una inganable estrategia, fuera de errada peor corregida, destruyendo nuestra efectividad diplomática y política en la región y el mundo -- y ensangrentando sus manos de valerosos americanos que continúan sacrificándose día a día en el altar de un esquema de vanagloria.
José María Rodríguez González
(Estudioso de la política exterior estadounidense)