The Difference Between Obama and Zapatero

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¿Saben cuál es la diferencia entre Barack Obama y Rodríguez Zapatero? Que aunque los dos dicen en campaña lo que su audiencia quiere escuchar, Zapatero después se empeña en cumplir lo que dijo, mientras que Obama sólo pretende hacer lo que sea lo mejor para su país y no necesariamente lo más popular. El presidente norteamericano nos ha dado esta semana la prueba del algodón: va a reactivar el modelo de tribunal militar que data de la época de Lincoln y que Bush revivió para los detenidos en Guantánamo. Tribunales que fueron denunciados por la progresía universal porque violaban los derechos humanos de los detenidos.

Algún colmillo retorcido cree que esto ocurre después de que Obama se comprometiese a cerrar Guantánamo y dispersar a los 241 «buenos hombres» allí detenidos por sus países de origen. Y los que no fueran admitidos, serían trasladados a la jurisdicción y al sistema penitenciario ordinarios. Esta promesa electoral -que fue aclamada por buena parte de sus seguidores y por muchísisimos europeos- se ha encontrado ahora con el hecho de que no hay forma de encontrar en Europa dónde depositarlos -quizá con la excepción de España, claro- y de que los congresistas demócratas de todo el país se niegan con argumentos contundentes a que en las prisiones de su Estado haya un sólo detenido proveniente de Guantánamo. ¿Será porque les creen inocentes?

Algunos ya lo advertimos el 4 de noviembre -jornada electoral. El que «The New York Times» de ese día llevase en portada -por primera vez- un reportaje sobre los verdaderos peligros de los detenidos en Guantánamo apuntaba a que las cosas no serían como nos las prometían…

Aquí está el resultado. Tiemble Obama. No sabe dónde se ha metido. Al otro lado del Atlántico, el juez Garzón ha tomado nota.

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