Avatar and the American Mentality

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La película Avatar está rompiendo la taquilla mundial de una manera espectacular. Merecido, pues definitivamente es una auténtica obra de arte. Visualmente es una producción fuera de serie, simplemente emocionante.

La cinta de ciencia ficción es una maravilla, sorprende tanto a los grandes amantes de este género como a los que no lo son. Es envolvente, emocionante y redonda.

Quizá ésta era una de las películas más esperadas de los últimos meses y no decepcionó a nadie, es única, histórica.

Avatar es la película más cara de todos los tiempos y la verdad, al verla, entendemos los motivos; es imposible mirarla y que no llame la atención de los aficionados al cine, y también de los que no lo son tanto.

Sin duda alguna nunca un filme había combinado de manera tan acertada lo que es la animación por computadora, con actuaciones de actores reales. Esta película tiene también la gran virtud de que gusta a un público joven y adulto, es muy “amigable” para una muy amplia audiencia.

Su director, James Cameron, logró una vez más hacer una película que no se puede definir de otra manera más clara que como simplemente espectacular, es el cine de Hollywood en su más sofisticada expresión hasta el momento.

La historia, sin ser tan buena como su contenido visual, es cumplidora. Narra las aventuras de un grupo de seres humanos que al tener al mundo en una situación moribunda se lanzan a la conquista de otro planeta, el cual tiene recursos millonarios suculentos para la inagotable ambición de las personas. Para obtener este botín, los soberbios hombres optan por la guerra, sin importar las consecuencias para el lugar invadido y sus habitantes.

Al estar viendo la película reflexioné un poco… ¿habrá querido Cameron hacer una crítica ante lo que frecuentemente hacen los Estados Unidos? No lo sé, pero a mí me pareció una muy acertada manera de poner en evidencia la grotesca actitud imperialista norteamericana, mediante un cuento un tanto simplón.

Y, ¿el público?, ¿qué pensarán los estadunidenses al haber visto la cinta? En la historia, los malos son los invasores y los buenos son los invadidos. ¿Habrán tenido cierta conciencia de que su gobierno hace exactamente lo mismo con varios pueblos del mundo entero? Espero que sí.

Sabemos bien que desde tiempos de la Doctrina Monroe, desde el Destino Manifiesto y hasta nuestros días, los estadunidenses se sienten dueños de la verdad y con claros derechos de hacer con los otros países lo que les venga en gana… invadiendo por supuesto, siempre y cuando les convenga a ellos.

Además de la maravilla visual, me gustó mucho de Avatar que explica muy bien lo que sufren los invadidos, y lo injustificado de las invasiones.

Sólo que, claro, desafortunadamente aquí el final es muy diferente al que sucede en la realidad.

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