Obama’s Tax Triumph

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La victoria fiscal de Obama

18DIC 2010 16:41

Con la aprobación por parte del Congreso de su “acuerdo fiscal”, Obama obtuvo una importante victoria política. Sin duda, no tiene el relumbrón de otros triunfos legislativos, como la reforma sanitaria, pero puede ser políticamente mucho más provechosa.

El senador Patrick Leahy, uno más progresistas, ha advertido estos días a Obama que con acuerdos como el alcanzado para renovar durante dos años los recortes fiscales de Bush podría complicar su reelección. Su razonamiento es que un distanciamiento de las bases demócratas podría ser fatal en 2012. Sin embargo, la realidad es más bien la contraria.

Para Obama, el síntoma más peligroso que registraron las legislativas de cara al 2012 fue la huida masiva de los independientes del Partido Demócrata. Para recuperarlos, es obvio que Obama debe girar a la derecha, mostrarse flexible, y llegar a acuerdos con los republicanos. Y eso es precisamente lo que ha hecho en un asunto tan emblemático como las rebajas fiscales de Bush.

Desde el ala izquierda de su partido le pedían abrir una batalla frontal contra los republicanos en este asunto. En esta partida, creían tener mejores cartas que sus adversarios. Y probablemente, tenían razón. No obstante, la Casa Blanca no estaba interesada en librar una guerra partidista, aunque se pudiera ganar, sino que se visualizara que el presidente había entendido el mensaje de las elecciones.

Y para “centrar” a Obama, nada mejor que la pataleta de la izquierda demócrata que hemos presenciado. Una situación que, a buen seguro, se producirá de nuevo a mediados del año próximo, cuando la Casa Blanca presente un lento calendario de retirada de Afganistán. De momento, las encuestas muestran que el apoyo de la América progresista a Obama continúa siendo sólido, por lo que tiene margen para girar a la derecha.

El “acuerdo fiscal” no sólo es bueno para Obama porque le permite dar una imagen de centralidad, sino porque supone un estímulo fiscal para la economía a corto plazo, lo que, en teoría, se debería traducir en una mejora de la situación del mercado laboral. Y eso, la evolución del paro, es quizás el factor más decisivo para que el presidente consiga su reelección.

Dicho esto, es cierto que Obama no puede descuidar del todo sus bases. El éxito en política consiste siempre en ser capaz de apelar a la vez a las bases, y al electorado centrista. Será interesante ver hasta qué cierto punto es exitosa la Casa Blanca a la hora de buscar un equilibrio entre su acercamiento a los republicanos en algunos temas, y los necesarios guiños a su base en otros, como por ejemplo la derogación del “Don’t Ask Don’t tell”.

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