Cheap but Toxic Hamburgers

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Algunos dicen que somos lo que comemos. Si así fuera muchos de los que comen comida chatarra están llenos de, bueno, digamos desperdicios. Es lo que se colige de un estudio realizado en Estados Unidos en los Anales del Diagnóstico Patológico. La publicación científica investigó las hamburguesas, croquetas en lenguaje criollo, de las 8 principales cadenas de comida rápida.

Las conclusiones fueron lapidarias pues estableció que los cinco mil millones de hamburguesas digeridas por los estadounidenses apenas contienen carne. El contenido carneo varía desde un mínimo de solo 2,1 por ciento a un máximo de 14,8 por ciento. El promedio de las 8 cadenas es situó en 12,1 por ciento. Si la popular hamburguesa no tiene carne ¿qué les o que la compone? Agua es el ingrediente principal con casi la mitad del peso. El resto es una amalgama de cartílagos, huesos, nervios, venas, grasas y tejidos adiposos. En los productos de dos cadenas fueron detectados parásitos intracelulares. Ello en un país como Estados Unidos en que el público es muy exigente en cuestiones de higiene.

Oliver señaló que McDonald`s utilizaba hidróxido de amonio, que es nocivo para la salud, para desinfectar sus “materias primas”, que en sus palabras: “Estamos hablando de carnes que hubieran sido vendidas como alimento para perros y después de este proceso se les sirve a seres humanos”.

El estudio citado aclara las acusaciones del célebre chef británico Jamie Oliver que la cadena McDonald´s lavaba los ingredientes con sustancias tóxicas. Ahora que fue revelado el contenido de las diversas hamburguesas es claro porque requieren el empleo de agentes antimicrobianos. Oliver señaló que McDonald`s utilizaba hidróxido de amonio, que es nocivo para la salud, para desinfectar sus “materias primas”, que en sus palabras: “Estamos hablando de carnes que hubieran sido vendidas como alimento para perros y después de este proceso se les sirve a seres humanos”.

Dicho sea de pasada hay un decir que nunca se debe visitar una fábrica de salchichas pues se perderá el apetito. Los embutidos son producidos con elementos similares a las hamburguesas. Cualquier consumidor sabe que el precio de la carne, propiamente tal, ha aumentado. Y es obvio que hamburguesas y salchichas tendrían otro precio si realmente contuvieran carne. En todas las industrias las calidades varían y ello suele reflejarse en los precios.

La Unión Europea se ha destacado por proteger a sus ciudadanos en cuestiones alimentarias. Han definido cuando un chocolate puede llamarse tal porque contiene un porcentaje determinado de cacao. Una pasta de soya con saborizantes y colorantes no es chocolate. Lo mismo con una salchicha o una hamburguesa. Es una tarea del estado velar por la salud de la ciudadanía y de advertir a los consumidores que es lo que reciben a cambio de su dinero. Por ello es necesario insistir en que las etiquetas describan en forma clara y explícita, y no mediante fórmulas incomprensibles, de qué están hechos los alimentos. En todo caso, la comida chatarra de mayonesa se cubra chatarra queda.

La merienda completa le lleva una bebida y la más consumida es Coca-Cola. La empresa ha optado por ponerse el parche ante la herida. Por ello ha iniciado una campaña para promover el ejercicio físico. Ya abundan las acusaciones del daño que la bebida provoca a la salud. La Asociación Americana del Corazón señala que las mujeres no deben consumir más de seis cucharas diarias de azúcar. Los hombres no deben exceder las nueve. Resulta que una lata de Coca-Cola tiene diez cucharas. Para evitar las regulaciones de salubridad en Estados Unidos la empresa regala cuerdas para saltar e instructivos para ejercicios. Ello en un país en que las hamburguesas y las sodas han contribuido a desatar una epidemia de obesidad. Cosas del desarrollo.

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