Why Don’t You Shut Up, Ann Coulter?

<--

Ann Coulter. La “republicana conservadora” que lo único que hace es poner en pena a los republicanos y conservadores. No entiendo cómo llegó, más que por su aura controversial, a figurar en medios estadounidenses e incluso a escribir libros de opinión política bajo el racismo del nuevo milenio.

Pero luego recuerdo que hay lectura para todos los gustos y niveles. No entiendo cómo periódicos gringos le daban espacio para sus columnas, pero luego me viene a la mente que la opinión amarillista, aunque sea radical, vende.

Lo que llegó al colmo es lo que Coulter acaba de declarar en un programa transmitido por FOX News, proponiendo que EE. UU. trate a México como Israel a Gaza, afirmando que este debería “bombardear México para acabar con la inmigración”. Tuvo el desacato de comparar la situación en Gaza, sugiriendo enfáticamente que Estados Unidos aplique las mismas medidas que Israel ha puesto en marcha.

Su latente complejo de inferioridad disfrazado en racismo la hizo expresar en Fox que “durante décadas, los mexicanos han sido aproximadamente un 30% de todos los inmigrantes legales a EE. UU., mientras que solo un poquito más de 1% provienen de Gran Bretaña. ¿Es eso justo? Concedido, su comida es mejor, pero ¿por qué es que la norma es tener casi 30 veces más mexicanos inmigrantes que británicos?”.

Lo que Coulter no quiere recordar es que Estados Unidos es un país de migrantes. ¿Entonces los británicos, por ser blancos y “bonitos” según sus retrógrados estándares, sí tienen derecho de migrar a EE. UU.?

Y con respecto a los alarmantes casos de ébola, dijo que “ayudar a enfermos de ébola es idiota (sic)”, criticando al Dr. Brantly, contagiado en África Occidental y en tratamiento en un hospital de Atlanta: “Si (Brantly) le hubiera proporcionado atención médica a los editores, escritores, camarógrafos y expertos sin seguridad social en Gotham, habría hecho un bien mayor que marinándose en enfermedades medievales del Tercer Mundo”. De nuevo su limitada inteligencia no le permite conocer que el ébola no es una enfermedad medieval sino del siglo pasado.

No le dedico una columna para celebrarle sus opiniones que caen en un grave retroceso mental, sino que me preocupa que figure en medios masivos de su país. Es alarmante que en televisión nacional salga dando sus comentarios tan racistas, amarillistas, llenos de taradez radical, porque para muchas personas Coulter ejerce influencia como líder de opinión.

Ella misma admite en su último sketch (porque no se le puede llamar columna periodística) que “no todos los cerebros se distribuyeron de forma igual”. Al leer sus “comunicados”, no queda otra que estar de acuerdo con ella. El que nace con inteligencia limitada se queda así aunque trate de disfrazarlo entre tanta palabrería, prosa y libros.

Ann Coulter es el vívido ejemplo de la peor escoria radical en la Unión Americana. El mundo no merece estar escuchando tanta pendejada.

About this publication