United States Elections

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Este fin de semana se presentó en sociedad Tim Kaine, la fórmula vicepresidencial de Hillary Clinton. Sus primeras palabras fueron en español: “Bienvenidos a nuestro país, porque somos americanos todos”. En su discurso fueron varias las oportunidades en que el senador del estado de Virginia usó nuestro idioma para referirse al público y subrayar la importancia que en su vida dejó su paso como misionero en Honduras.

Después de casi nueve meses de intensa campaña en la Casa Blanca, su aparición cayó como una brisa de aire fresco entre los hispanos que han sido blanco de ataques, insultos y señalamientos, en especial por parte del candidato oficial republicano, Donald Trump. Por primera vez en estos meses, muchos latinos no fueron extraños en la conversación nacional y, lo más importante, se sintieron aceptados en este país que muchos de ellos llaman hogar.

La elección de Tim Kaine como fórmula vicepresidencial es una apuesta para cortejar a los hispanos y la reafirmación de la importancia del voto latino. Además es el reconocimiento de un país bilingüe y bicultural.

La postura antiinmigrante, centralista, conservadora y de mano dura de Trump, y la abierta y liberal de Clinton convierten estas elecciones en un referendo entre una unión americana vieja, blanca, protestante y aislada y una joven, moderna, multicultural y globalizada.

La definición de las fórmulas de Trump y Clinton también pone en evidencia que esta es una nación fuertemente dividida. Tras ocho años de gobierno de Barack Obama, quienes muchos pensaban navegaba entre la tolerancia y la inclusión, demuestra que está en la mitad del camino hacia la segregación y el aislamiento.

Así, se trata de una campaña electoral de gran trascendencia. No todos los días se juega el futuro de un país en estos términos, mucho menos de una nación cuyas acciones marcan la pauta de gran parte del mundo.

Lo que se viene serán cuatro meses intensos y peligrosos. Por extraño que parezca, fuera de EE. UU. Trump tiene una posibilidad real de ser presidente de la unión americana. A final de cuentas, muchos creen que el país debe, mirar hacia adentro, arreglar sus problemas y dejar de preocuparse por los demás.

En cuanto a los hispanos, aunque Kaine tenga la empatía propia del gringo bondadoso que vivió en América Latina, hay que decir que muchos latinos se sienten traicionados por el Partido Demócrata, que a pesar de las buenas intenciones de Obama no cumplió con una muy demorada y necesaria reforma migratoria. Además, ha sido el gobierno que más hispanos ha deportado en toda la historia. Las elecciones en EE. UU. son, por ahora, literalmente un tiro al aire.

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