Trump Threatens to End the Thaw in Relations between the US and Cuba

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Presidente electo estadounidense tras la muerte de Fidel Castro:

Trump amenaza con poner “punto final” al proceso de deshielo entre EE.UU. y Cuba

Advirtió al régimen comunista que si es reacio a un “mejor trato”, revertirá la política de acercamiento de Barack Obama.

Jean Palou Egoaguirre

Esta vez, Donald Trump amenaza con traer de vuelta la Guerra Fría… o al menos uno de sus capítulos más emblemáticos: la histórica rivalidad entre EE.UU. y Cuba, países que hace dos años comenzaron un proceso de deshielo en sus relaciones, podría volver a tomar fuerza si el Presidente electo estadounidense cumple con su advertencia al régimen de Raúl Castro de que “pondrá fin” al acuerdo de normalización diplomática si no hay avances políticos en la isla.

“Si Cuba no está dispuesta a hacer un acuerdo mejor para el pueblo cubano, los cubano-estadounidenses y EE.UU. en su conjunto, pondré punto final al acuerdo”, dijo ayer Trump en su cuenta de Twitter.

Con su mensaje, Trump pareció reforzar la línea dura que adoptó desde la muerte el sábado pasado de Fidel Castro. Cuando se enteró del fallecimiento del líder histórico de la Revolución Cubana, no se sabía si el republicano simplemente daba a conocer la noticia, si estaba impactado, o bien estaba celebrando: ” Fidel Castro is dead!”, fue su primera reacción en Twitter, con un poco diplomático signo de exclamación. Poco después aclaró su opinión acerca de a quien definió como “un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo por casi seis décadas”. Y ayer fue más allá, al amenazar con revertir la que quizás sea la política más importante de Barack Obama hacia Latinoamérica.

Desde el equipo de Trump intentaron aclarar ayer la política que el próximo Mandatario adoptará hacia Cuba cuando llegue al poder el 20 de enero. “El Presidente electo quiere ver libertad en Cuba, para los cubanos, y un buen trato para los estadounidenses, en el que no nos tomen por tontos”, afirmó su vocero, Jason Miller, quien recalcó que las prioridades serán “la liberación de los presos políticos, el retorno de los fugitivos de la justicia estadounidense y la libertad política y religiosa para todos los cubanos que viven bajo opresión”.

Previamente, quien se convertirá en el jefe de gabinete de Trump, Reince Priebus, ya había adelantado que la próxima administración espera gestos concretos del régimen cubano. “No va a ser una relación unidireccional de EE.UU. hacia Cuba sin que haya medidas del gobierno de Castro”, dijo, insistiendo en que podrían “revertir” el acercamiento iniciado en diciembre de 2014 entre ambos países, que reabrieron sus embajadas en julio de 2015 después de 54 años de hostilidad.

En la Casa Blanca intentaron defender ayer el acercamiento con La Habana. “Luego de cinco décadas sin ver resultados, el Presidente Obama creyó que era momento de intentar algo diferente”, explicó el portavoz presidencial Josh Earnest. Según recalcó, medidas de distensión como el reinicio de vuelos comerciales o la flexibilización de las trabas a las remesas no constituyen “concesiones” al régimen de Castro, que vive hoy uno de sus momentos más duros económicamente y que ve el acercamiento con EE.UU. como un salvavidas para mantenerse a flote.

En La Habana hubo mutismo ayer frente a las declaraciones de Trump. Mientras miles de cubanos desfilaron por la Plaza de la Revolución para rendir tributo póstumo a Fidel Castro -iniciando una semana de homenajes que concluirán el domingo con su funeral en Santiago de Cuba-, su hermano Raúl sigue sin aparecer públicamente.

Pero sus seguidores sí reaccionaron a las palabras del próximo Presidente de EE.UU. “El pueblo nunca va a ceder un paso atrás. La guía de Fidel es histórica. ¡Trump es un estúpido! Declarar esas cosas en estos momentos que el pueblo está de luto”, afirmó a AFP Mauricio Paz, un ex guerrillero de 76 años.

Para los expertos, es inevitable que el proceso de deshielo entre EE.UU. y Cuba se resienta con la llegada de Trump, quien aunque en un principio acogió el acercamiento, terminó por rechazarlo para ganar el apoyo electoral de los exiliados cubanos en Florida.

“Todo parece indicar que el Presidente electo cumplirá con su promesa de campaña de revertir todas las órdenes ejecutivas de Obama con respecto a Cuba”, comenta Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida. “Lo que todavía no está claro es si la nueva administración llegará al punto de cerrar la embajada en La Habana, volver a colocar a Cuba en la lista de países patrocinadores de terrorismo o suspender los vuelos comerciales”, agrega.

Una medida que podría revertir fácilmente sería la política de “pies secos, pies mojados”. “En el área de la migración se puede producir un cambio significativo, ya que Trump se ha manifestando en contra de los privilegios de los que disfrutan los emigrantes cubanos en virtud de la Ley de Ajuste Cubano de 1966”, afirma Arturo López-Levy, experto de la Universidad de Texas, quien destaca que eliminar esta enmienda sería una “extraña coincidencia” de intereses entre Trump y Raúl.

Para William LeoGrande, autor de “Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations between Washington and Havana”, Trump tendrá vía libre para revertir las políticas de Obama hacia Cuba, pero hay otros factores en juego. “Dependerá de cuál Trump llegue a la Oficina Oval: ¿el empresario que quiere renegociar un mejor trato o el político que prometió a los cubanoestadounidenses echar atrás todo lo que hizo Obama? Las relaciones entre Cuba y EE.UU. son complejas, consisten en muchos tratados bilaterales y una maraña de regulaciones. No hay un solo ‘trato’ que renegociar, y hay muchas partes interesadas”.

López-Levy destaca que Trump podría dar un gran paso en falso: “Si revierte esta política no va a lograr más que los 11 presidentes estadounidenses que fracasaron en su intento de crear una rebelión asfixiando económicamente a Cuba (…) la historia demuestra que nada aglutina al nacionalismo cubano y a sus aliados en la región que un Presidente de EE.UU. siendo agresivo hacia Cuba”.

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