All the President’s Former Men

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Todos los exhombres del presidente

Los pasillos de Washington se han convertido en un hervidero de intrigas, puñaladas traperas y luchas de facciones

Elija la teoría que prefiera: que el presidente Trump no está en su sano juicio -apoyada fervientemente por un buen número de demócratas- o que, una vez alcanzado el poder, la política no le interesa lo más mínimo, o incluso que todo es obra de la trama rusa. Da igual. El caso es que la Casa Blanca se halla sumida en el caos más absoluto. No es solo una percepción aislada. Así lo cree el 60% de los votantes norteamericanos, según una encuesta realizada la semana pasada. Y eso fue antes del fulgurante despido de su nuevo director de comunicación, Anthony Scaramucci, apenas 10 días después de haber sido nombrado -visto lo visto, lo que parece inconcebible es que nadie le contratara para el puesto-.

“Caos” es, de hecho, la palabra más nombrada en titulares y comentarios sobre lo que está ocurriendo en el epicentro del poder en Estados Unidos. Cinco figuras clave –desde el jefe de gabinete hasta el asesor de seguridad nacional o el portavoz, pasando por el director del FBI- han sido despedidas en los últimos seis meses. Decenas de vacantes en el departamento de Estado siguen sin ser cubiertas, incluidas las embajadas en sitios como Reino Unido, la OTAN, Francia, India, Alemania y la propia España. Algo sin precedentes.

Hervidero de intrigas

Los pasillos de Washington -ya de por sí agitados- se han convertido en un hervidero de intrigas, puñaladas traperas y luchas de facciones que están chupando la energía de la vida política americana.

Tal vez por ello Trump ha decidido nombrar como jefe de Gabinete a un militar, el general John Kelly, para poner algo de orden y disciplina. Una de sus primeras tareas será “neutralizar” a la familia del presidente -Ivanka & Co.-, cuya rivalidad y disparidad de criterios con el Partido Republicano está en el origen de muchas disputas. Como viene ocurriendo desde el 20 de enero, está por ver si Kelly aguantará en el cargo o si será despedido a la primera que le lleve la contraria al jefe.

Más militares

Pero este nombramiento apunta a otra clara tendencia en la escena política estadounidense: la creciente presencia de militares en puestos clave. Cargos que en las últimas Administraciones ocupaban civiles, como el de secretario de Defensa, el de asesor de Seguridad Nacional, o el de jefe del Consejo de Seguridad Nacional -además del de Seguridad Interior, que hasta ahora ostentaba el propio Kelly- están hoy en mano de generales…, todos ellos varones blancos, por cierto, como buena parte del resto del equipo más cercano del presidente.

El que, lamentablemente, sigue pareciendo intocable es Steve Bannon, el oscuro estratega de la Casa Blanca. Pese a que en un determinado momento se le acusó de haber causado algunas de las primeras torpezas del nuevo Gobierno -el caótico modo en que se puso en marcha la ley anti-inmigración o su propia presencia en el consejo de seguridad nacional, entre otras- es el que mejor está sobreviviendo a las mil y una intrigas. Tal vez porque su poder se despliega detrás del telón y no llega a hacerle nunca sombra al presidente.

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