The United States and the Continuity of Cuba

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De acuerdo a lo señalado por Miguel Díaz-Canel, nuevo presidente de Cuba, su gobierno representa la continuidad de la revolución. Por un lado, esta continuidad constituye mantener un régimen autoritario caracterizado por la falta de libertades, pero, por otro, también significa defender e impulsar el programa de reformas que su mentor, Raúl Castro, inició hace una década.

Lamentablemente, este proceso de cambio en la isla ha sido muy difícil. Existen sectores en Cuba que han impedido avanzar, pero que sirven de contrapeso para cualquier decisión que pueda tomar el nuevo presidente. Por ello, para fines de la continuidad, Díaz-Canel necesita consolidarse en el poder.

Es allí donde EE.UU. puede tener un papel clave. Si Trump endurece su política contra Cuba, Díaz-Canel va a tener la excusa suficiente para fortalecer su liderazgo en aras de hacer frente a la amenaza externa. Las reformas económicas serían muy difíciles de implementar en el corto plazo, haciendo del régimen uno más autoritario y dejando la sobrevivencia de Cuba en manos de China y Rusia.

En cambio, Trump, siguiendo lo hecho por Obama, podría ayudar a consolidar a Díaz-Canel en la presidencia de Cuba, facilitando las tan difíciles reformas que busca implementar. La mejora en la situación económica del pueblo cubano sería el mejor camino para legitimar su liderazgo. EE.UU. puede ser clave promoviendo el turismo, el comercio y las inversiones, facilitando la transformación de Cuba.

No obstante, lo más seguro es que el gobierno republicano interprete este como un momento de debilidad de Cuba y trate de hundir al régimen, olvidando que, en los últimos 60 años, EE.UU. ya lo ha intentado en otras varias ocasiones, sin ningún resultado.

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