The Circle Closes around Trump

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El círculo se cierra en torno a Trump

Donald Trump se defendió ayer como mejor sabe hacerlo. Negándolo todo. Y atacando. En primer lugar a su ex abogado personal y hombre de absoluta confianza, Michael Cohen, que el martes se declaró culpable de delitos tan graves como fraude bancario, fraude fiscal y violaciones a la ley de financiación de campañas políticas. En algunos de esos delitos, Cohen implicó al mismísimo presidente. Quizá porque gracias a su colaboración con la Justicia podría ver reducida su pena en un juicio cuya sentencia se dictará el próximo 12 de diciembre, un mes después de las elecciones legislativas de noviembre. No obstante, es indudable que este primer revés judicial pasará factura a un presidente que sigue manteniendo un importante apoyo entre sus electores.

Según Cohen, Trump le habría ordenado, en el marco de la campaña presidencial de 2016, pagar a dos mujeres para que no divulgaran que habían mantenido relaciones sexuales con el entonces candidato. Comprar el silencio de la primera de ellas, Stormy Daniels, conocida actriz porno, le costó 130.000 dólares. El de la segunda, una modelo habitual en las páginas de Playboy, Karen McDougal, fue algo más caro: 150.000 dólares. Cohen recuperó luego esas cantidades a través de facturas falsas a la oficina del candidato por servicios legales prestados, violando de esta forma la legislación sobre financiación de campañas electorales. Acosado, Trump arremetió contra Cohen, al que acusó de habérselo inventado todo para llegar a un “acuerdo”.

Pero no es este el único frente judicial que tiene abierto el presidente estadounidense. Al mismo tiempo que Cohen reconocía su culpabilidad, el ex jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, era condenado por ocho delitos de fraude fiscal y bancario. Aunque en esta sentencia no salió explícitamente el nombre de Trump, el de Manafort (que aún debe responder por siete cargos más) es una ramificación del Rusiagate, cuya investigación lidera el fiscal Robert Mueller, ex director del FBI.

Y esta es, sin duda, la mayor amenaza que pesa sobre Trump, ya que Mueller lleva muy avanzada la investigación sobre la supuesta injerencia del Kremlin en las elecciones que llevaron a Trump a la Casa Blanca. Las pesquisas están estrechando el cerco sobre miembros del entorno más íntimo del presidente, entre los que estaba Manafort, pero Mueller pretende demostrar que detrás de la destitución de James Comey se esconde un posible delito de obstrucción a la Justicia, ya que el entonces director del FBI era el responsable de la investigación sobre la eventual trama rusa. Y este delito podría forzar un impeachment contra Trump, si lo permite una mayoría en el Congreso.

Las resoluciones de la Justicia están poniendo de manifiesto que no estamos ante una “caza de brujas”, como denuncia el presidente, sino ante el descubrimiento de una posible organización delictiva en torno a Trump

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