The Democratic Challenge

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El desafío demócrata

El fin de la investigación de la trama rusa –y sus conclusiones mayoritariamente favorables a Trump– obliga al partido demócrata estadounidense a redirigir sus esfuerzos y a dibujar un nuevo mapa en su camino de regreso a la Casa Blanca. Aun cuando cabezas visibles del liberalismo, como Elizabeth Warren o Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), insisten y exigen ir por la vía del impeachment, la realidad es que lo urgente va por otro lado. La colectividad necesita definir la estrategia con la que se enfrentará al multimillonario en noviembre del próximo año.

Los liberales estadounidenses pusieron sus fichas al informe Mueller y a la idea de que Trump podría ser procesado y destituido por conspiración criminal. Pero la investigación llegó a un puerto muy diferente y Trump celebró los resultados aun cuando se demostró su desprecio por la ley. Ahora, mientras la Casa Blanca acelera su batería de fuego camino a la reelección, la otra esquina apenas se recupera del golpe.

Los demócratas en este mismo instante son una pila de naipes mal barajada. Aparece un veterano, Bernie Sanders, apoyado por una entusiasta juventud que lo ve como el ícono de una nueva era liberal a pesar de sus 77 años; al lado de la ya nombrada Warren, muy a la izquierda del espectro y luego un popular Beto O’Rourke que se perfila como el abanderado anti-Trump. Para el gran público, sin embargo, el trío es demasiado alternativo, atrevido y progresista, para un imperio que se precia de su conservadurismo.

Aparece incluso un indeciso Joe Biden –el exvicepresidente de Obama– todavía con la resaca de no haberlo intentado en las primarias de 2016 por ser respetuoso de la candidatura de Hillary Clinton. Con 76 años, es también una apuesta arriesgada para una campaña que espera sostenerse sobre la idea de renovación.

La línea de partida está desordenada. Es cierto que no difiere demasiado de las primarias de cada cuatro años cuando aún no se han decantado las dos o tres apuestas que irán hasta el final. Sin embargo, lo más desafiante para los demócratas es que viven una época de urgencia y la unión discursiva parece más necesaria que nunca. Deben escoger el rumbo y no mirar atrás en un momento definitivo que no permite titubeos. Cualquier desliz los puede dejar golpeados de muerte con el racista de pelo platinado celebrando cuatro años más en el Salón Oval.

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