2010: Year of Peace?

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2010, ¿Año de paz?

Freddy Ortiz – 1/7/2010

A finales de 2009, Al Qaeda saca nuevamente las uñas y hace que cunda el pánico en el mundo libre, obligando a sus gobiernos a multiplicar inversiones en seguridad aeroportuaria. Pero, ¿qué si lo del terrorista en el vuelo de Amsterdam es una estrategia de distracción, para que todo se enfoque hacia los aeropuertos, mientras la verdadera embestida terrorista se dirige hacia otros objetivos? ¿Y qué si todo esto es una fabricación estratégica ad hoc, por parte de la industria de la guerra? ¡Vaya usted a saber!

Lo único seguro es que esos explosivos en calzoncillos, serán suficiente “base testicular” para reforzar con acciones lo expresado por Obama en su discurso, al recibir el extemporáneo Premio Nóbel de la Paz: “A veces la guerra está justificada para mantener la paz” (teoría que se me parece mucho a la de los maridos infieles, cuando dicen que sus aventuras amorosas ayudan a preservar el matrimonio).

Por otra parte, ojala que Chávez, impulsivo impenitente, no termine siendo manipulado por los intereses norteamericanos que, en Washington, hablan de “guerra fría” cuando se refieren a los asuntos del bloque Chávez y Colombia. Intereses que quieren recuperar, no importa sea por la fuerza, la influencia política y económica de esa región, que en el D.C. consideran su último bastión geopolítico. Chávez está comprando armas a Rusia, y Ecuador aviones Tucanos.

Sería difícil que E.U. se lance abiertamente a guerrear con Venezuela, pero una estrategia de apoyar revueltas fronterizas y así hacerle invertir en armamentos, podría funcionar. Darle apoyo a Uribe para un conflicto con Chávez (hay dos millones de refugiados colombianos en Venezuela), sería una jugada que dudo puedan sustentar, porque el costo en imagen sería muy alto para E.U.

Pero algo va a ocurrir, porque la provocación de Chávez -ya amenazó hasta con cerrar la Toyota-, es irritante y el poder tiene sus límites de tolerancia. Si no es desde afuera, se provocará la revuelta intestina, porque más de la mitad del pueblo venezolano (donde se incluye a las clases con poder económico), no soporta más los revoloteos biliares de su presidente que, cuantas veces discursea, demuestra necesidad de evaluación siquiátrica.

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