A Wave of Mass Killings in the US

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El reciente asesinato masivo en Indianápolis me hace preguntarme una vez más quién está más loco: los hombres armados que llevan a cabo estas masacres o los millones de estadounidenses que votan por políticos que se oponen a las leyes que podrían prevenir estas tragedias.

Sin duda, los votantes tienen buena parte de la culpa, porque se supone que están en sus cabales. Por lo menos, deberían dejar de votar por legisladores que se oponen a algo tan elemental como la verificación de antecedentes de quienes quieren comprar un arma.

Vergonzosamente, los republicanos en el Senado de EE.UU. están bloqueando un nuevo proyecto de ley de la Cámara de Representantes que requeriría verificaciones de antecedentes más estrictas. Eso es a pesar del hecho de que el 84% de los votantes apoyan una mayor verificación de antecedentes, según una encuesta reciente de Morning Consult/Politico.

El tiroteo masivo que dejó 8 muertos y al menos 7 heridos en Indianápolis fue el número 45 durante los últimos 30 días, según un recuento de CNN. En los tres primeros meses de este año, hubo en el país más de 4500 muertes por armas de fuego, más de 8100 heridos y al menos 147 tiroteos masivos, según Gun Violence Archive, grupo de investigación no partidista que define “tiroteo masivo” como un incidente con un mínimo de 4 muertos.

Más de 19.000 personas murieron en homicidios con armas de fuego el año pasado, un récord en las últimas 2 décadas y casi un 25% más que el año anterior, según Gun Violence Archive. Biden anunció a principios de este mes varias acciones ejecutivas para combatir lo que llamó una “epidemia y una vergüenza internacional”.

Por supuesto, Biden es una gran mejora con respecto a Trump, que hacía todo lo posible para complacer a los fabricantes de armas y se oponía a iniciativas para controlar la proliferación de armas de guerra. Pero las medidas que anunció Biden hasta ahora han sido tímidas en comparación con las promesas de su campaña de prohibir la fabricación y venta de armas de asalto.

Los funcionarios del gobierno de Biden les están pidiendo a los votantes que presionen a los senadores republicanos para que apoyen el proyecto de ley de verificación de antecedentes que fue aprobado por la Cámara el mes pasado. Según la encuesta de Morning Consult/Politico, un 91% de los demócratas y un 77% de los republicanos apoyan la verificación de antecedentes a todos los compradores de armas. Idealmente, el Congreso debería hacer mucho más que eso y aprobar leyes para prohibir las armas semiautomáticas.

El argumento del lobby de las armas de que esas leyes violarían la Constitución es ridículo. La Constitución dice que los estadounidenses tienen derecho a portar armas, pero no dice que tengan derecho a comprar una granada o un arma nuclear. La Constitución también protege el derecho a la libertad de expresión, pero no dice que uno tenga el derecho a difamar.

Debbie Mucarsel-Powell, funcionaria de la organización pro-control de armas Giffords y excongresista de Florida, me dijo que la primera prioridad para lograr reducir los tiroteos masivos –antes de tratar de limitar las armas semiautomáticas– debería ser lograr que el Senado apruebe el proyecto de ley sobre la verificación de antecedentes. “Aunque el lobby de las armas ha tratado de politizarlo, esto es algo que es apoyado por demócratas, independientes y republicanos por igual”, me dijo.

Mucarsel-Powell, cuyo padre fue asesinado a tiros cuando ella era una niña en su Ecuador natal, agregó: “No podemos aceptar la falta de valentía del Senado para actuar”. Puede que tenga razón. Después de tantos años de fracasos del Congreso para aprobar leyes sustantivas sobre las armas, puede que sea el momento de centrarse en un objetivo modesto, pero factible. Hay que comenzar con algo tan simple como aumentar las verificaciones de antecedentes y empezar a reducir el derramamiento de sangre.

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