Harris, la esperanza demócrata
Durante su gobierno, de 2016 a 2020, Donald Trump hizo lo que pudo para deshacer medidas adoptadas por Barack Obama
Michelle y Barack Obama aprovecharon su intervención del martes en la noche para nombrar a una heredera. Y no, no se trata de sus hijas Malia o Sasha, sino de Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos y candidata presidencial demócrata por aclamación.
Y por si fuera poco, otro popular demócrata, el expresidente Bill Clinton, salió la noche del miércoles a consolidar la imagen de Harris, fortalecer la de su compañero de fórmula, el gobernador Tim Walz, y atizar lo que ya parece un entusiasmo incendiario.
Y la misión de Kamala Harris y Tim Walz es derrotar a Donald Trump, el aspirante republicano que los demócratas, y algunos republicanos, consideran como un peligro para EU.
No es accidente. Kamala Harris se convirtió en la gran esperanza para enfrentar a Donald Trump, el multimillonario transformado a su vez, por obra y gracia de la televisión y las redes sociales, en el líder de movimientos extremistas de derecha. Cierto que es mujer de color, hija de inmigrantes – padre afro-caribeño y madre india – y de entrada, feminista y casi 20 años más joven que él.
Pero no solo hay razones políticas, dicen los enterados. Tanto Bill Clinton como los Obama tienen cuentas qué arreglar con Trump. El primero por la forma poco caballerosa en que Trump se comportó con su esposa Hillary Rodham, la primera mujer candidata presidencial de un partido mayor, a la que derrotó en 2016 en el Colegio Electoral, pero no en el voto popular.
Para los Obama, desde hace una docena de años, cuando el entonces empresario cuestionó que Barack Hussein Obama hubiera nacido en Estados Unidos y luego tuvo que aguantar una sarcástica andanada pública hecha por el mandatario en una cena de Corresponsales de la Casa Blanca.
Y luego, en 2016, la absurda comparación hecha por Trump sobre el tamaño de las multitudes que habían asistido a su propia toma de posesión y la de Obama, en 2008.
Pero también es político. Durante su gobierno, de 2016 a 2020, Trump hizo lo que pudo para deshacer medidas adoptadas por Obama, a menudo en forma de medidas administrativas equivalentes a decretos presidenciales, dado el literal atascamiento del Congreso en mayorías y minorías apenas diferenciadas.
Temas importantes como el acceso a atención médica, como la necesidad de una reforma migratoria y de atender a jóvenes que como los Soñadores, hijos de padres indocumentados que crecieron y se educaron en EU, pero no tienen la ciudadanía estadounidense, o de protección al medio ambiente, fueron debilitados o casi demolidos por Trump.
Y los Obama, una pareja reverenciada en círculos liberales y demócratas estadounidenses, le dieron la llave a Harris. La nombraron su heredera en términos reales. Clinton, considerado uno de los mejores políticos, le proporcionó el llavero. Harris y Walz deben hacer el resto y convencer a la mayoría de los estados.
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