Clinton and Obama

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Clinton y Obama

Rodolfo Tuirán

10 de marzo de 2008

Los resultados de las primarias celebradas el martes pasado en Estados Unidos confirmaron que el Partido Republicano ya tiene su candidato para las elecciones presidenciales de noviembre próximo: el senador John McCain, quien ganó con comodidad y amplitud a su oponente Mike Huckabee. En contraste, en el lado demócrata, Hillary Clinton, con sus triunfos en Ohio, Rhode Island y Texas, logró resucitar su candidatura y alargar el duelo con Barack Obama para determinar quién de ellos se enfrentará al Republicano.

La conquista de esos estados le significó a Clinton una bocanada de aire fresco después de 11 victorias consecutivas de su oponente en el último mes. Fue una jornada exitosa basada en el voto de los sectores que siempre le han sido fieles. A pesar del esfuerzo realizado, el triunfo apenas le representó a Clinton una ganancia neta de no más de 20 delegados. Según cálculos de CNN, luego de las elecciones de la semana pasada, Obama alcanzó un número acumulado de mil 328 delegados y Clinton de mil 190.

Restan por disputarse cerca de 750 delegados en los estados que aún no celebran elecciones primarias. Este cálculo podría verse alterado si el Partido Demócrata decide autorizar la repetición de la consulta electoral en los estados de Florida y Michigan para mayo o junio próximos. En cualquier caso, debido a lo cerrado de la contienda, es muy probable que ni Clinton ni Obama obtengan la nominación del Partido Demócrata (que requiere alcanzar 2 mil 25 delegados) sin recurrir al voto de los llamados superdelegados.

El grupo de los superdelegados está integrado por casi 800 destacadas figuras demócratas (senadores y congresistas, entre otros). Según CNN, 238 ya se manifestaron por Clinton y 199 por Obama, mientras que el resto (unos 360) aún no decide por quién votar. Para ambos es de vital importancia ganar con amplitud en las primarias a fin de que los superdelegados que aún no comprometen su voto respalden en la Convención Nacional Demócrata de agosto a quien logre alcanzar clara mayoría.

La dura lucha entre los dos aspirantes coloca al partido en una encrucijada. Ambos se han lanzado a una contienda plagada de ataques personales y descrédito del rival que podría dañar las aspiraciones demócratas de recuperar la presidencia. Clinton dice que su oponente no sólo es inexperto o charlatán, sino que incluso insinúa que se trata de un musulmán encubierto. A su vez, Obama cuestiona —cada vez con más fuerza— la experiencia y la determinación de su oponente, así como el origen del dinero de su campaña. El duelo también ha forzado a ambos aspirantes a realizar maniobras que podrían calificarse de electoreras. En Ohio y Texas, por ejemplo, ambos se comprometieron a revisar y hasta renegociar el Tratado de Libre Comercio con Canadá y México.

Las consecuencias de los ataques, filtraciones y recriminaciones mutuas ya se empiezan a resentir. Una encuesta del Centro de Investigación Pew indica que una cuarta parte de los votantes de Clinton en las primarias preferiría votar en noviembre próximo por McCain, en caso de que Obama ganase la nominación demócrata. A su vez, una décima parte de los partidarios de Obama preferiría al candidato republicano antes que a Clinton. Estos datos sugieren el enorme riesgo que significaría para el Partido Demócrata llegar muy dividido a la Convención Nacional. De hecho, los demócratas suelen perder las elecciones presidenciales cada vez que eso les ocurre.

Los demócratas requieren con urgencia una salida negociada. Una posibilidad que está tomando fuerza para reunificar a ese partido y evitar una lucha fratricida es que ambos candidatos logren integrar una sola fórmula electoral. Según una encuesta reciente, tres de cada cinco electores demócratas están a favor de esa propuesta. Aunque ambos candidatos han dicho que todavía es muy temprano para considerar esa posibilidad, ninguno de los dos la ha descartado. Es claro que por el momento están más interesados en determinar quién de ellos podría encabezarla.

r_tuiran@yahoo.com.mx

Analista y subsecretario de Educación Superior de la SEP

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