More Unemployment

<--

Más desempleo

El cierre del mercado norteamericano al melón producido en el país representa un duro golpe al sector productivo, capital y mano de obra, que tratan de agilizar una solución para aminorar el daño que ya no se puede evitar, pues está hecho.

esde el primer momento en que se conoció la decisión de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, FDA, se inició una febril actividad a fin de tratar de contener lo que se venía encima, pues el efecto se propagaría como la onda en el agua. El desempleo, ojalá sea temporal, es la consecuencia inmediata a la decisión de la FDA. Centenares o miles de personas empleadas en el cultivo de la fruta, en su procesamiento y envase han ingresado a la ya abundante fila de desempleados. A ellos habrá que sumar a los transportistas, las actividades en puerto de embarque, la fabricación de cajas de cartón y otros servicios que completan la ruta hasta llegar al consumidor final.

l tema tiene repercusiones graves, pues la inversión realizada ya en la siembra para la nueva cosecha se perderá de no hallar una solución favorable a la fruta hondureña en corto tiempo. En un país como Honduras, tan necesitado de oportunidades de empleo, estos contratiempos contribuyen a acrecentar la pobreza y a hundirnos más en el subdesarrollo, más evidente en el sector rural, donde se sobrevive del empleo en el campo.

l golpe es mucho más doloroso, pues la producción agrícola sigue siendo la cenicienta en las iniciativas gubernamentales enfocadas en las últimas administraciones hacia la producción industrial maquiladora con vistas a la exportación. La inversión en el campo, muy escasa por el riesgo que conlleva y por la débil seguridad jurídica, es del sector privado, que aún resiente las graves secuelas del huracán Mitch.

l viaje a Washington de los ministros de Agricultura, Comercio y Salud proporciona la medida de la preocupación del Gobierno para acercarse a los organismos gubernamentales de la Unión Americana y lograr la rectificación de la decisión adoptada pues, según la FDA, unos 50 estadounidenses han enfermado en 16 estados y nueve en Canadá tras comer melones hondureños. Sin embargo, realizadas pruebas al azar en frutas, no han hallado en ella contaminación con salmonela.

ay muchas preguntas que requieren respuestas y explicaciones. La presentación por medios de comunicación internacionales de funcionarios comiendo melones no impresiona en el mercado internacional, pues tanto los consumidores como los supermercados son sumamente delicados y escrupulosos en lo que se refiere a la salud. Basta una alerta, no digamos una prohibición, para ahuyentar a los compradores.

l Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos proporcionó instrumentos e instancias que se hallan dormidos y no pueden ser utilizados porque su integración no se ha formalizado. Bien conocemos que las condiciones fitosanitarias contenidas en el documento son un arma sumamente sensible y, por desgracia, siempre desfavorable a los más débiles, como es nuestro caso.

a solución para tratar de contener la aludida “guerra comercial” a la que se han referido sectores de la agroindustria requiere medidas técnicas de apertura en los centros de cultivo para mostrar el proceso de producción y manipulación de la fruta y exige también acercamiento político a los organismos gubernamentales del país del norte. Por ambas vías, y no atizando el fuego, se ha de solucionar el problema para que las autoridades de EUA retiren la prohibición del ingreso del melón a dicho mercado, y ojalá sea pronto

About this publication