McCain Would Repeat Bush Policies Toward Latin America

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A diferencia de su virtual contrincante, el hombre que pronto asumirá la candidatura republicana a la Casa Blanca, John McCain, rara vez habla de América Latina. Su último discurso importante al respecto lo dio hace un año, el 20 de junio de 2007, y fuera de prometer que hará más duras las políticas republicanas hacia Cuba, rara vez habla del tema como tal. Su punto fuerte, más bien, está en el Medio Oriente, en Israel, en Irak, en Irán.

La última vez que habló sobre Cuba, sin embargo, dedicó parte de su discurso a hablar del continente. Fue el 20 de mayo de este año, en Miami, en el aniversario de la independencia de la isla.

Después de explicar que los gobiernos estadunidenses han tratado a América Latina como un socio menor y no como un vecino, el virtual candidato republicano afirmó que la superpotencia ha progresado en el esfuerzo por construir un destino común con América Latina “al expandir los beneficios del libre comercio a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), del de Centro América, y los que hay con Perú y Chile”.

En esa misma línea, defendió el acuerdo comercial con Colombia, que no ha sido aprobado. “Colombia es un rayo de esperanza en una región donde los hermanos Castro, Hugo Chávez y otros buscan activamente menoscabar el progreso económico y la democracia”.

El republicano amenazó también con “trabajar para evitar que Bolivia y Venezuela tomen el camino al fracaso que Castro pavimentó para Cuba”. Dijo también que se esforzará por estrechar y hacer más fuertes los lazos con Estados clave como Brasil, Perú y Chile.

Más tarde volvió sobre las advertencias: “Dejaremos claro a todos los países en la región que si comparten nuestros valores de libertad y apertura, pueden contarnos entre sus amigos. No abandonaremos a nuestros socios en manos de demagogos, narcotraficantes y desesperanzas, sino que expandiremos los beneficios de la seguridad, el comercio y la prosperidad para todos”.

Respecto de la inmigración, McCain ha propuesto una doble estrategia. Por un lado, impulsó junto con el senador demócrata Ed Kennedy una iniciativa de ley que abriría a los inmigrantes ilegales un camino hacia la regularización, aunque no se trataba de una amnistía. La “iniciativa McCain-Kennedy”, según explicaron en su momento, buscaba poner a los inmigrantes que llevaban un tiempo viviendo en Estados Unidos y “jugaron según las reglas”, en una posición más cercana a la residencia y la ciudadanía.

Por otra parte, el republicano es partidario de construir un muro en las áreas urbanas cerca de la frontera para impedir el tránsito y tráfico de personas. Con esto, pretendía sustentar una de sus prioridades: asegurar la frontera, prevenir la entrada ilegal de personas y el contrabando de arma y drogas.

En pocas palabras, si John McCain se apega a sus discursos, su política hacia el mundo y hacia América Latina sería una continuación de la establecida durante los ocho años de gobierno de George W. Bush.

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