Obama Moves on Gore, Dispenses of Hillary, and Counts on Patti Solís

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Si Europa votase ya sabemos que Barack Obama arrasaría en Francia (84%), Alemania (82%), Reino Unido (74%) y España (72%). Lo más espectacular de estos datos se halla en los resultados del hipotético voto de los franceses en las elecciones estadounidenses.

Si estamos de acuerdo en que la llegada de un negro a la Casa Blanca marca un momento histórico para la democracia de Estados Unidos, imagínense lo que supondría este vuelco en El Elíseo. Por lo que les dejo esta pregunta. ¿Se encuentra la Francia republicana que apenas tiene blancos en su selección de fútbol preparada para que un negro suceda a Nicolas Sarkozy?

En Estados Unidos, tras el final de las primarias, comienzan a producirse importantes novedades con las encuestas que estrechan la distancia entre Barack Obama y John McCain. A ello se une lo sucedido en el mítin demócrata de Michigan del pasado lunes donde Al Gore entró finalmente en escena.

El hombre que ganó en voto popular las presidenciales de 2000 a George W. Bush, y que luego las perdió tras el embrollo político y juridico más sorprendente de la historia de Estados Unidos, rompió su silencio. De manera calculada Gore observó la lucha fratricida entre Obama y Clinton. Esperaba actuar de árbitro si el empate se prolongaba e incluso postularse como la fórmula de consenso.

Pero la victoria final de Obama y la retirada de Clinton le ha llevado a cerrar filas con el senador por Illinois. Será en su Administración, si gana los comicios, o como asesor especial, quien lidere la construcción de un futuro con energía limpia. Este fichaje se ha sumado a otro más espectacular, el de la hispana Patti Solís Doyle.

El caso de Patti adquiere especial relevancia. Fue directora de la campaña de Hillary hasta que se tiraron los trastos a la cabeza cuando las cosas comenzaron a rodar mal y la senadora perdió los papeles. Patti es una persona muy valiosa, la llave para lograr los apoyos de las importantes comunidades hispanas de Estados Unidos. Asumirá en los planes de Obama el cargo de jefe de gabinete del vicepresidente o vicepresidenta. Pero su elección es ya la pista de que Obama tomó en firme la decisión de no contar con Hillary y romper amarras con los Clinton. Un gesto valiente y revelador de la dimensión del cambio que defiende.

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