Enormous Fight for Latino Vote

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Andrés Oppenheimer

La enorme pelea por el voto latino

Obama es particularmente débil entre los hispanos nacidos en el extranjero, que representan casi la mitad de los 13 millones de latinos registrados para votar. Todo esto implica un enorme desafío para Obama.

Andrés Oppenheimer 23 de junio de 2008

Uno de los mayores desafíos que esperan al candidato demócrata Barack Obama será conquistar el voto hispano, porque en las elecciones primarias no le fue muy bien con los latinos y no podrá llegar a la Casa Blanca sin un apoyo masivo de este grupo. No le será fácil. Si bien los hispanos han votado históricamente por los demócratas y lo hicieron en aun mayores porcentajes en las recientes elecciones primarias de ese partido (en parte por la creciente retórica antiinmigrante del Partido Republicano), gran parte del voto latino fue para Hillary Clinton.

La senadora Clinton derrotó a Obama entre los votantes hispanos con el 73 contra el 27% de los votos en Nueva York; el 69 contra el 30% en California; el 68 contra el 32% en Texas; el 70 contra el 30% en Nueva Jersey, y el 61 contra el 35% en Florida. Obama derrotó a Clinton entre los hispanos en Illinois, su estado.

Obama es particularmente débil entre los hispanos nacidos en el extranjero, que representan casi la mitad de los 13 millones de latinos registrados para votar.

Todo esto implica un enorme desafío para Obama. Para ganar en noviembre, no sólo necesita conquistar el voto hispano en los estados indecisos, que serán clave en esta elección (como Florida, Nuevo México y Colorado), sino que deberá hacerlo con un margen de ventaja más amplio del habitual. “En las elecciones de este año el voto latino será más importante que nunca”, afirma el encuestador demócrata Sergio Bendixen.

“Es posible que la elección nacional se defina en Florida, Nuevo México, Colorado y Nevada, donde el voto hispano será decisivo para determinar al ganador de esos estados.”

Según Bendixen, Obama necesita ganar el voto hispano con un margen de más del 55% en Florida y más del 65% en Nuevo México, Colorado y Nevada. Y si el candidato republicano, John McCain, da pelea a los demócratas en Nueva Jersey, California y Pensilvania, el margen de victoria de Obama en estos últimos estados tendría que ser aún mayor.

¿Lo logrará Obama? Una encuesta realizada la semana pasada por el grupo Carville-Greenberg muestra que Obama derrota a McCain entre los hispanos a nivel nacional por el 60% contra 34%. Otra encuesta difundida en estos días por Gallup revela que Obama tiene el 62% de intención de voto entre los hispanos a nivel nacional, contra un 29% para McCain.

Muchos estrategos demócratas citan estas encuestas como un buen augurio para Obama. Un nuevo estudio del New Democrat Network (NDN) señala que el número de votantes hispanos en las elecciones primarias de este año se triplicó respecto de las primarias de 2004 y que el Partido Demócrata ha aumentado su intención de voto entre los hispanos en un 66% en los últimos cuatro años.

Más fuerte

“Las últimas encuestas nacionales indican que la candidatura de Obama está muy fuerte entre los latinos, especialmente considerando la debilidad que mostró en ese grupo en las primarias”, dice el presidente de la NDN, Simon Rosenberg.

Los republicanos, a su vez, dicen que McCain sólo necesita acercarse al 38 o 40% del voto hispano que logró Bush en las dos últimas elecciones y que no está tan lejos de conseguirlo.

“Esta carrera recién ha comenzado, y todavía tenemos cinco meses para recordar a los hispanos que John McCain siempre nos ha acompañado y se ha arriesgado políticamente por nuestra comunidad, mientras que los vínculos de Obama con la comunidad hispana son escasos o nulos”, dice Ana Navarro, codirectora del Consejo de Asesores Hispanos de McCain. “Las últimas encuestas son positivas para McCain y un buen punto de partida sobre el cual construir la victoria.”

Mi opinión: Obama tratará de conquistar el voto hispano y centrará su discurso en las cuestiones que más afectan a los latinos, como la economía, el seguro universal de salud y la guerra con Irak.

Es muy probable que McCain evite discutir esta agenda y que se concentre, en cambio, en una campaña negativa contra Obama; pondría énfasis en su falta de experiencia y lo pintaría como un hombre débil en seguridad nacional en un mundo cada vez más peligroso. Obama no tiene más remedio que poner todo su empeño en ganar el voto hispano por un margen abrumador. En una reciente entrevista, el virtual candidato demócrata, que nunca ha visitado América latina, me dijo que está planeando viajar a México antes de las elecciones de noviembre. Buenísimo. Pero tendrá que hacer mucho más que eso.

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