Senator McCain in South America

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Es Justamente el comercio y no la caridad internacional la que contribuirán al desarrollo económico de los países de latinoamérica

Hace algunos días el senador McCain realizó lo que muchos analistas americanos consideraron un riesgoso viaje, mirado desde la política doméstica, a América Latina, en particular visitando México y Colombia, dos países de gran importancia para Estados Unidos, tanto en asuntos de seguridad como de comercio, pero que también generan gran controversia debido a temas inmigratorios y de derechos humanos.

El candidato republicano dejó muy claro que el principal objetivo de la visita fue reforzar lazos con dos países fundamentales para Estados Unidos, a la vez que apoyar la lucha contra la inseguridad y el tráfico de drogas, y la consolidación del libre comercio.

Frente a una creciente ola proteccionista en Estados Unidos, en lo referido a lo comercial y al tema migratorio, McCain está mostrando liderazgo en estos temas, oponiéndose a una posición del senador Obama dominada por el ala sindical de su partido, que más bien se inclina en contra de expandir el comercio con otros países.

Demostrándolo cuando votó en contra del Cafta más recientemente del acuerdo con Colombia.

Mucho se habla de la relación entre Estados Unidos y América Latina. Por un lado, algunos alegan que el país del Norte no tiene agenda para la región; por el otro, que Estados Unidos se involucra demasiado. El senador McCain visitó la región señalando que para él, la expansión del comercio es la mejor forma de integrarnos, de cooperar.

Es justamente el intercambio económico y la generación de empleo la mayor fuente de prosperidad entre los países, y no la dádiva externa.

Si la historia es algún indicador, se ha visto que la ayuda económica no es la mejor manera de fomentar el crecimiento económico.

De hecho, la administración Bush ha aumentado la ayuda externa a 1,600 millones de dólares por año, mientras que los gobiernos populistas anti-americanos afloraban en el subcontinente. Durante el viaje, McCain ha reforzado su compromiso con la seguridad de la región, y la lucha contra el terrorismo y tráfico de drogas.

El senador Obama, en un reciente discurso en la Cuban-American Foundation, ha señalado la necesidad de frenar los tratados de libre comercio, y aumentar la ayuda a la región como vía efectiva de fomentar el desarrollo.

Tal vez la mejor política sea la de un diálogo responsable, basada en un comercio sólido y fluido, y estrategias de seguridad favorables para el continente. La prosperidad y la democracia dependen en última instancia de los mismos latinoamericanos. McCain parece entender esto. Obama no.

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