He Took Steroids to Ban Trans-fats

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28 de julio de 2008.- El azar ha querido que la misma semana en la que se ha dado a conocer el último estudio sobre la obesidad en los EEUU, que afecta ya a un 26% de la población, California se haya convertido en el primer estado en prohibir el uso de las llamadas grasas ‘trans’ en sus más de 88.000 restaurantes a partir del 2010. Schwarzenegger se suma así a una iniciativa ya adoptada por ciudades como Nueva York, Philadelphia, o Baltimore.

Las grasas ‘trans’ (ácidos grasos insaturados que han sido sometidos a hidrogenación) se encuentran en la margarina y los aceites que utilizan muchos restaurantes, especialmente los de ‘comida rápida’ para freír, y se considera que provocan varias enfermedades cardiovasculares al provocar un aumento en la tasa de colesterol. Según un artículo publicado en el ‘New England Journal of Medicine’, eliminar las grasas ‘trans’ de las dietas de los norteamericanos reduciría entre un 6% y un 19% los ataques al corazón que se registran en el país.

Obviamente, a los restauradores californianos la idea de que el estado les diga qué ingredientes pueden utilizar en sus cocinas no les hace ninguna gracia. Este tipo de aceites consiguen que los productos se mantengan en un buen estado durante más tiempo, y también que algunos productos como el bacon sean más crujientes.

La medida sólo afecta a los restaurantes y cafeterías, por lo que las dichosas grasas se podrán continuar utilizando en los productos envasados. Es decir, en California, la llamada ‘junk food’, o comida basura, que muchos en el extranjero asocian como parte del ‘american way of life’, ahora se podrá consumir sólo en casa.

El debate que se empieza a abrir alrededor estos lípidos, y que parece indicar que irá en aumento los próximos años (ya que California suele marcar tendencias), recuerda mucho al del tabaco. ¿Hasta qué punto el estado tiene derecho a prohibir prácticas que resulten dañinas para la salud? ¿Debe prevalecer el derecho individual a comer un bacon más crujiente, o el deber del estado de proteger a sus ciudadanos?

La discusión es vieja, y los argumentos gastados. No vale la pena repetirlos en este blog una vez más. Pero sí cabe resaltar la ironía que supone que el primer gobernador en ilegalizar las ‘trans’ haya llegado a ocupar su cargo gracias al consumo de una sustancia ilegal: los esteroides anabolizantes. Sin el consumo de esta droga, los embutidos músculos de Arnold Schwarzenger no habrían alcanzado el volumen suficiente para convertirse en ‘Mr. Olimpia’ -un especie de título mundial del culturismo-, y llamar así la atención de los productores de Holywood.

Los esteroides están prohibidos porque pueden generan problemas de salud, como esterilidad temporal, cáncer de hígado, y enfermedades coronarias al incrementar la tasa de colesterol, e incluso poder llegar a deformar el corazón.

Algunos maliciosos verán la prohibición como un ejercicio de hipocresía de Schwarzenegger, que no permite a sus ciudadanos la misma libertad que él tuvo al escoger el consumo de sustancias que pueden dañar su organismo.

Sin embargo, el asunto se puede enfocar desde un punto de vista mucho más positivo. ‘Terminator’ ha alcanzado el ideal supremo al que debería aspirar todo político: preocuparse más por el bienestar de la ciudadanía que por el suyo propio. Ay, el bueno de Arnold, ¡qué admirable ejemplo de altruismo!

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