Ayer lo intentó decir ante el juez Alphons Orie en su primera comparecencia ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, pero el juez interrumpió su relato. Era el alegato inicial de Radovan Karadzic, el ex líder de los serbios de Bosnia, en el juicio que se inició ayer contra él en La Haya, donde se le acusó de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad. Hoy se han hecho públicos los cuatro folios de que consta el alegato. En él, denuncia que EE UU le prometió inmunidad por sus crímenes durante la guerra de Bosnia (1992-95) a cambio de retirarse de la vida pública. Además, cree “inimaginable” que vaya a tener un juicio justo en La Haya.
Según Karadzic, Richard Holbrooke, ex número dos del departamento de Estado de EE UU y artífice de los acuerdos de Dayton que pusieron fin a la guerra en Bosnia, le prometió que “no sería juzgado por el TPIY”. A cambio, Karadzic debía “desaparecer completamente de la esfera pública, resultar invisible lo suficientemente para que el acuerdo de Dayton se aplicase de lleno”. Ayer, Karadzic dijo que Holbrooke le hizo la oferta de inmunidad en nombre de EE UU y que ahora teme por su vida, por lo que preguntó “si su brazo [el de Holbrooke] es lo bastante largo como para llegar hasta aquí [la cárcel de la Haya donde se halla recluido]”. En el alegato reitera que el diplomático estadounidense tenía interés en su muerte. El diplomático negó ayer tajantemente las acusaciones de Karadzic nada más conocerlas.
Según el ex líder serbobosnio, intentó conseguir de Holbrooke el mismo trato para su brazo ejecutor militar, el general Ratko Mladic, aún huido de la justicia, pero una vez que Holbrooke se dio cuenta de que no podía evitar que el TPIY les persiguiera, decidió pasar al “plan B: liquidar a Radovan Karadzic”.
Karadzic intentó ayer, en su primera comparecencia ante el juez Alphons Orie en el TPIY, leer cuatro folios que llevaba preparados como alegato inicial. El juez se lo impidió diciendo que no tenían que ver con el momento procesal en que estaban, básicamente una vistilla para informar al reo de los cargos de que se le acusan: uno de genocidio, otro de conspiración para el genocidio, cinco de crímenes contra la humanidad y otros cuatro de crímenes de guerra.
Absolución inimaginable
En esos cuatro folios, Karadzic subraya una de las cosas que también intentó decir ayer, que su detención fue irregular. “Mi llegada aquí estuvo acompañada por muchas drásticas irregularidades”, se lee en los ya famosos cuatro folios. “La primera irregularidad que me gustaría mencionar es que la caza de brujas mediática que comenzó en los medios musulmanes incluso antes del conflicto armado y que me proclamaron criminal de guerra e una época en que las únicas víctimas eran los serbios”, dice Karadzic. “Los medios internacionales continuaron esa caza de brujas, de modo que es inimaginable para mucha gente que este tribunal me absuelva. Creo que esto pone en riesgo el juicio en sí”.
“¿Qué tipo de regularidad puede haber cuando todo tiene lugar en una atmósfera en la que, independientemente de que la verdad pueda ser demostrada en esta sala, nadie en la Tierra cree en la posibilidad de mi absolución?”, dice Karadzic a los jueces.
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