Teen Pregnancy BringsNormalcy to McCain

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El embarazo de Bristol Palin, una sorpresa, pero también un golpe de suerte

PABLO PARDO desde Saint Paul (Minnesota)

1 de septiembre de 2008.- Cuando un político es elegido como candidato a la vicepresidencia de EEUU, es examinado a fondo. Es un análisis tan riguroso que lo primero que debe mostrar es su historial médico. El hecho de que, por ejemplo, la campaña de Obama no pidiera a la de Hillary Clinton datos sobre la salud de la senadora demuestra a las claras que jamás se planteó ni como una posibilidad remota nombrarla candidata a vicepresidente.

Sin embargo, parece que la campaña de John McCain apenas examinó a Palin antes de ofrecerle el cargo de candidata a vicepresidente. De hecho, el senador sólo se reunió con ella una sola vez. Así que sabe muy poco de ella. Al igual que sus potenciales votantes. Tan poco que ayer, Estados Unidos desayunó con una noticia inesperada: la hija mayor de Sarah Palin, Bristol —17 años y soltera— está embarazada de cinco meses.

Así que la hija de una ferviente protestante evangélica que se opone al aborto hasta el punto de que decidió tener a un hijo con síndrome de Down, tiene una hija de 17 años soltera y embarazada. Parece, cuando menos, una mala noticia para los republicanos. Claro que la campaña de McCain y la familia han reaccionado con agilidad.

Lo primero que han dejado claro es que Bristol se va a casar con su novio (el hecho de que la madre de la chica sea miembro de la Asociación Nacional del Rifle y tenga, por tanto, propensión a usar el gatillo, no parece haber influido en la decisión del chaval, cuyo nombre ha sido hecho público).

Ahora, la siguiente fase será, probablemente, usar la noticia para demostrar que los Palin son una familia americana como cualquier otra. Porque EEUU tiene una tasa de embarazos adolescentes similar a la de Sudáfrica o Indonesia, y muy por encima de la de Europa Occidental, aunque el problema se concentra en las comunidades negra, nativa e hispana.

De paso, demuestra que las barbaridades que los ‘bloggers’ de izquierdas escribieron durante el fin de semana, cuando insistieron en que el hijo pequeño de Palin, Trig, no era, en realidad, hijo de ella, sino de Bristol, es mentira. Porque Trig sólo tiene cuatro meses de edad, y Bristol lleva cinco embarazada.

Así que el embarazo de Palin puede ser una bendición encubierta. Cuando un candidato a la presidencia, como John McCain, no sabe cuántas casas tiene (la respuesta correcta es siete), cree que alguien que gana menos de 3,75 millones de euros al año pertenece a la clase media, y tiene una mujer que declara que su medio de transporte favorito es el avión privado, un embarazo adolescente puede darle un toque de normalidad.

Como señalaba hace un rato el profesor de Administración Pública de la Universidad de Hamline a un grupo de periodistas aquí, en el Xcel Center en el que se celebra la Convención Republicana, “McCain no ha hecho un buen trabajo a la hora de conectar con las preocupaciones de la clase media ni la clase obrera”. Tal vez, al quedarse embarazada, Bristol Palin le ayude en esa tarea.

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