La cadena ‘7-Eleven’ realiza su particular encuesta electoral a través de tazas con el nombre de los candidatos
La cadena de pequeños supermercados 7-Eleven realiza durante el mes de octubre la tercera edición de su particular encuesta electoral por medio de tazas con el nombre de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos. Los clientes pueden elegir entre el café solo, en vaso azul y con el nombre de Barack Obama, el cortado, que se sirve en uno rojo y marcado con el nombre de Jonh McCain, o el descafeinado, para el que se reservan los vasos considerados como independientes o indecisos.
La campaña, bajo el lema ¡Vota. Cada taza cuenta!, se desarrolla desde el año 2000 en los alrededor de 7.600 establecimientos en EE UU de la cadena, con sede en Dallas, Texas, y que sirve en torno a un millón de tazas al día.
En la edición de 2000, los resultados de la 7-Election tan sólo se distanciaron un punto porcentual de los oficiales, que dieron la victoria a George W. Bush y la derrota a Al Gore. De nuevo en 2004, los sondeos fueron bastante certeros, ya que los clientes que prefirieron las tazas de Bush sobrepasaron a los que se decantaron por las del senador John Kerry.
Más tazas para Obama
De momento, el conteo de tazas coincide con las últimas encuestas de opinión pública y da como ganador al senador Obama, con un 58% de los vasos servidos. Mientras, el senador de Arizona ha logrado un 42% y tan sólo logra la mayoría en los estados de West Virginia y New Hampshire. Los resultados se actualizan en la página www.7-election.com con las cifras a nivel nacional y desglosadas por estados. Además, cada semana el periódico Usa Today también recoge el ritmo de la peculiar encuesta.
Las raíces políticas del café
Se trata de un método sin valor oficial con el único objetivo de entretener, como argumenta la cadena de comercio minorista. El presidente de la compañía, Joe DePinto, ha explicado que la 7- Election ofrece “una interesante instantánea diaria del proceso electoral”. Además, DePinto ha añadido que la campaña recuerda a la población la importancia de votar en la cita electoral.
El café, una bebida imparcial, cuenta con unas raíces políticas muy profundas en la historia de EE UU. En 1607, el capitán John Smith introdujo el café en el país desde Virginia. Después, se consideró la bebida nacional tras el Boston Tea Party (Motín del Té en Bostón) y su rechazo de los impuestos del té.
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