Obama: A New Historical Cycle Awaits

Edited by Louis Standish

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Quedarán varios elementos para consolidar la efectiva reversión del péndulo histórico

Según señalaba Time el 27 de octubre pasado, refiriéndose a la elección presidencial norteamericana: “Esta es la primera elección en generaciones, y posiblemente la primera, en que casi 9 de cada 10 estadounidenses piensan que el país va en la dirección equivocada”.

Como señalábamos en un artículo pasado, Irak, el torpe manejo de Katrina, el desmesurado gasto público o el endeudamiento masivo, pusieron un tremendo peso sobre las alas del candidato republicano. La sola deuda pública era en septiembre de 2008 de 9,7 millones de millones de dólares, siendo en buena medida el producto de un incremento anual de 500 millardos de dólares desde 2003. Sin embargo, nada de lo antes mencionado hubiese bastado para cercenar las opciones electorales de McCain, las cuales hasta no hace mucho tiempo atrás resultaban todavía respetables. Fue necesario el terremoto de Wall Street y su proyección sobre el conjunto de la economía de ese país, para sacudir hasta sus cimientos al pensamiento dominante.

El manifiesto fracaso del modelo económico al cual unieron su suerte los republicanos, está teniendo consecuencias devastadoras para ellos. El monumental colapso económico generado por el ideario económico de Von Hayek, Friedman, Stigler, Becker o Lucas, pareciera estar iniciando un ocaso del movimiento conservador norteamericano, similar al experimentado por el movimiento liberal a finales de los sesenta. A cuarenta años de aquel fenómeno, el péndulo de la historia podría estar comenzando a revertirse. El triunfo de Barack Obama en algunos Estados tradicionalmente republicanos pareciera apuntar en esa dirección.

Más allá del éxito electoral de Obama, quedan todavía varios elementos por delante para consolidar la efectiva reversión del péndulo histórico. Entre ellos, la fuerza y creatividad de su liderazgo, su capacidad para imprimir un cambio efectivo a la dirección actual del país y la duración e intensidad de la crisis económica.

La combinación de factores como los anteriores determinará si Obama es capaz de poner en movimiento un nuevo ciclo histórico en política, tal como lo hizo Franklin Delano Roosevelt en 1933, en ocasión de la última gran crisis económica que precedió a la actual. El mismo puso fin a una hegemonía republicana que había sido iniciada por McKinley en 1897. El ciclo demócrata iniciado por Roosevelt se prolongó hasta 1968 y fue sucedido por otro republicano iniciado por Nixon y consolidado por Reagan.

En los tres casos anteriores, desde luego, se dio la presencia de gobiernos de signo contrario al interior de cada ciclo. El demócrata Wilson durante la primera etapa republicana citada, el republicano Eisenhower durante la demócrata y Carter y Clinton durante el segundo ciclo republicano. No obstante, lo que caracterizó a cada uno de esos ciclos fue una matriz de pensamiento predominante y una mayor estructuración del partido que ocupó el poder durante la mayor parte del mismo.

Si alguien pareciera capacitado para iniciar un nuevo ciclo es precisamente Obama. Ojalá así sea.

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