Human Rights Report Excludes U.S.

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Dentro de dos o tres semanas la nueva secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, le presentará al presidente Obama el informe sobre los derechos humanos en el mundo. Como todos los años, el reporte va a generar reacciones en distintos sectores de la opinión pública, no sólo de Colombia sino de los 193 países que incluye.

Es bien curiosa esa costumbre del Gobierno de Washington: el miembro más importante del gabinete presidencial le comunica al jefe del poder ejecutivo todas las violaciones a los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, promulgada por las Naciones Unidas en 1948. El documento contiene quejas y registros de 48 países de África, 31 de Asia Oriental y el Pacífico, 48 de Europa y Eurasia, 19 de Oriente próximo y norte de África, 13 del sur y el centro de Asia y 34 del ‘hemisferio occidental’, incluido Colombia.

El único país que no figura en el informe es, adivinen, Estados Unidos. ¿Quién podría reportar al que reporta? ¿Quién podría certificar si funcionarios estatales de ese país sometieron o no a torturas, penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes a alguna persona? ¿Quién certificaría que reconocieron en todo momento el derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes y el amparo contra actos que violen los derechos fundamentales de los ciudadanos?

Para Washington, los exámenes claves son: tener procesos electorales libres y justos, gobiernos con instituciones transparentes y representativas, que acaten la ley, y contar con una sociedad civil ‘vibrante’ (sic) e independiente, que incluya partidos políticos, ONG y medios de comunicación independientes.

El informe que Condoleezza Rice le rindió a George Bush el 11 de marzo del 2008 contenía cientos de detalles interesantes. Decía, por ejemplo, que en el 2007 se portaron bien los gobiernos de Mauritania, Ghana, Marruecos, Timor oriental, Costa de Marfil, Uganda y Tailandia. Cometieron fallas superables Haití, Nepal, Georgia, Kirguistán, Colombia, Iraq, Líbano, Congo y Kenia.

Se portaron definitivamente mal Rusia, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka, Afganistán, China, Nigeria, Egipto, Azerbaiyán, Ruanda, Vietnam, Túnez y Kazajstán. Y en el grupo de los pésimos quedaron Corea del Norte, Birmania, Irán, Siria, Zimbabwe, Cuba, Bielorrusia, Uzbekistán, Eritrea y Sudán.

Por pura curiosidad escogí arbitrariamente los informes sobre Japón, Francia y Alemania. Decía Rice que, en Japón, las familias de los condenados a muerte no tienen derecho a conocer la fecha de ejecución, hay arbitrariedades y maltratos en las cárceles, la pornografía infantil no es ilegal y hay mucha impunidad para los violadores de mujeres y niños. Además, hay discriminación étnica y contra los extranjeros.

En Francia también hay superpoblación en las cárceles, los juicios se demoran mucho, hay antisemitismo, discriminación contra musulmanes, hostilidad hacia los inmigrantes, violencia social contra las mujeres, abuso sexual contra los niños y tráfico de personas. Y en Alemania les recortan la libertad de expresión y asociación a grupos con la excusa de que son extremistas, atropellan a quienes piden asilo, hay violencia contra las mujeres, antisemitismo y acoso a minorías raciales y extranjeras.

Ya veremos este año quiénes enmendaron la plana. Me pregunto, mientras tanto, ¿qué pasaría si entre todos empezáramos a aplicarles el examen a los señores de la Casa Blanca?

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