Is the End of the Blockade Approaching?

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MIENTRAS EN GUATEMALA la discusión aldeana sobre la Orden del Quetzal a Fidel Castro caía en sus niveles más bajos y deprimentes, en el ámbito internacional ocurría algo importante relacionado con Cuba. Sin mayores olas, un senador norteamericano hacía un planteamiento revolucionario que podría modificar dramáticamente el bloqueo de EE. UU. contra esa isla. Richard Lugar subrayaba el rotundo fracaso del embargo porque en lugar de lograr una apertura democrática lo que hizo fue afianzar al régimen comunista.

ESE PLANTEAMIENTO no tendría nada de nuevo si no fuera porque quien lo plantea es un miembro del mismo Partido Republicano que llevó al poder a George W. Bush, quien en los últimos ocho años profundizó las restricciones contra Cuba. Quién iba a imaginar que de los mismos republicanos surgiría una autocrítica tan fuerte y que le da un espaldarazo a Barack Obama en promesa de revisar su política hacia esa isla. “Después de 47 años, debemos admitir que el embargo unilateral contra Cuba fracasó en su declarado propósito de llevar la democracia al pueblo cubano”, expresó Lugar en una presentación del informe titulado “Cambiar la política hacia Cuba en pro del interés nacional de Estados Unidos”, elaborado para el Comité de Asuntos Exteriores, del Senado.

ESE DOCUMENTO fue escrito por un grupo de asesores de Lugar que viajó a Cuba entre el 11 y el 14 de enero últimos para entrevistarse con autoridades del gobierno cubano, diplomáticos, periodistas, líderes religiosos y representantes de la sociedad civil. En el informe se afirma: “(el embargo) no ha beneficiado a nuestra agenda de seguridad nacional desde que Cuba dejó de ser una amenaza creíble contra la seguridad de EE. UU.”. Esa sola frase tira por la borda la política norteamericana de las últimas décadas porque evidencia que no tenía sentido y se había guiado más bien por los intereses del lobby anticastrista de Miami.

EL INFORME ES MUY directo al señalar que el gobierno de Obama debe comenzar a tratar a Cuba como lo hace con otros países y propone que ese “cambio” se produzca antes de la Cumbre de las Américas, que se efectuará en Trinidad y Tobago, entre el 17 y 19 de abril próximo. Es claro que los autores del informe no podrían haber obviado el acercamiento sin precedentes que ha tenido La Habana con Latinoamérica y el distanciamiento que ésta ha tenido con EE. UU. en los úlitmos ocho años. El riesgo para Washington sería aumentar esa distancia con toda la subregión.

EL FIN DEL BLOQUEO, sin embargo, no será algo que ocurra de la noche a la mañana. En forma muy discreta un grupo de congresistas ha presentado proyectos de ley que tratarían de levantar todas las restricciones a los viajes de norteamericanos a Cuba. La Cámara de Representantes y el Senado conocieron proyectos similares entre el 2003 y 2004, pero las amenazas de veto por parte de Bush las engavetaron. Ahora es diferente, ya que Lugar, quien es muy cercano a Obama, es uno de los ponentes y sabe muy bien que podría contar con un guiño de ojo del nuevo gobernante. Así, no está lejano el día en que el embargo contra Cuba sea como el Muro de Berlín, solo un oscuro recuerdo de la Guerra Fría.

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