Escucho a Barack Obama en la cena anual con los
periodistas que cubren las noticias de la Casa Blanca. Obama cita a
Thomas Jefferson, quien dijo que “si me viera obligado a decidir entre
un gobierno sin periódicos o periódicos sin un gobierno, no dudaría en
preferir lo último”. Obama dice que ese mensaje sigue vivo: un gobierno
sin medios críticos y activos no es una opción para el país.
Obama
continúa: “puedo no estar de acuerdo con todo lo que ustedes escriben o
reportan. Incluso me puedo quejar de vez en cuando sobre la forma como
ustedes realizan su trabajo. Pero lo hago sabiendo que cuando ustedes
hacen bien su trabajo, me ayudan a hacer bien mi trabajo. Nos ayudan a
todos los que servimos desde el Gobierno a hacer un mejor trabajo, al
hacernos rendir cuentas, al demandar honestidad, al impedirnos tomar
atajos y caer en juegos políticos”.
Mientras Obama reconoce la
labor de la prensa, acá Correa la insulta y desprestigia. La llama
corrupta, mediocre y pide a la gente que no lea diarios ni vea
noticiarios. No entiende que sin una prensa libre y crítica tambalea la
democracia y se impone una sola visión. La visión del Gobierno. O lo
entiende y eso pretende.
Ahora veo a Hugo Chávez en la tele.
Amenaza con quitar la concesión a Globovisión. ¿Cuál fue la terrible
infracción cometida por ese canal? “Incitar al pánico y ansiedad entre
la población” al reportar la noticia de un temblor antes que lo
hicieran las autoridades oficiales. Ridícula excusa con la que Chávez
pretende callar voces libres.
En nuestro país no es muy distinta
la cosa. Los abusos a la libertad de prensa se contagian entre
gobiernos autoritarios. El Conartel decide abrir un proceso contra
Teleamazonas. ¿Cuál ha sido el gravísimo pecado del canal? Reportar e
informar a la ciudadanía sobre lo que ocurría en un centro de cómputo
en el antiguo supermercado Santa Isabel. Acusan al canal de difundir
información basada en supuestos que puede causar conmoción social.
Es
una excusa tan ridícula como la del temblor venezolano. Teleamazonas
simplemente ha reportado e informado sobre el ingreso y reclamos de
actores políticos en el centro de cómputo. Son hechos, no supuestos. Lo
que cada persona dice a las cámaras es su responsabilidad. El canal
solo cumple su trabajo de informar.
Si se determina una
infracción, se puede llegar hasta la suspensión temporal o reversión
definitiva de la frecuencia del canal. ¡Cómo le gustaría eso al
Gobierno! Chávez sin Globovisión, Correa sin Teleamazonas. ¡Al fin
libres de los medios que les dicen lo que no quieren escuchar!
Mientras
veo a Obama en su cena con los periodistas imagino si sería posible en
nuestro país iniciar una tradición similar, reuniendo en un evento de
confraternidad y mutuo respeto al Presidente y los medios de
comunicación. En ella, nuestro Presidente reconocería también la
importancia del trabajo de los periodistas y brindaría por una prensa
crítica y libre.
Pero a quién vamos a engañar. Con el escaso
respeto de este Gobierno al trabajo de los medios, antes que la
invitación a cenar, pueden esperar la notificación de su suspensión. La
cena tendrá que esperar a nuevos gobiernos que sí entiendan de libertad
de prensa y respeto.
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