On a Razor's Edge

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Los embajadores de Estados Unidos y Venezuela retornan hoy a sus cargos en un extraño suspenso, como si ninguno de los protagonistas deseara hablar de la manera como fueron retirados.

Ambos gobiernos están conscientes de que los embajadores regresan sin despejar las situaciones que condujeron al inesperado episodio que los apartó de sus funciones. Recordemos que el embajador Patrick Duddy fue expulsado de Venezuela en solidaridad con el presidente Evo Morales por haber expulsado en Bolivia al embajador de Estados Unidos.

Estados Unidos respondió con la misma moneda, la reciprocidad, que se tradujo en la salida de Washington del embajador Bernardo Álvarez. Conviene recordar también que luego de los minutos de luna de miel de la Cumbre de Trinidad y Tobago y del encuentro de Chávez con el presidente Barack Obama, el presidente venezolano en otro de sus impulsos anunció la designación de Roy Chaderton Matos como embajador en Washington.

Esto no funcionó. Todo indica que el retorno de los embajadores es ceremonial. Se dice que Duddy viene por poco tiempo, mientras el venezolano Álvarez fue nombrado presidente del banco del Alba. Se supone que regresará a Washington también, como Duddy, para retomar su nuevo cargo.

Estados Unidos ha insistido en la normalización de relaciones y en la búsqueda de un entendimiento con el gobierno de Chávez, mientras el discurso del gobernante venezolano no varía en su retórica antiimperial. En suma, los embajadores Duddy y Álvarez regresan a sus cargos como quienes caminan por el filo de la navaja.

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