Middle Ground in the Middle East

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Obama en la universidad de El Cairo (II)

Por: José Fernando Isaza

EL TEMA MÁS POLÉMICO, PARA LOgrar la paz entre Israel y Palestina, es el futuro de Jerusalén. Obama se reafirma “…en que la Tierra Santa de tres grandes credos sea el lugar de paz que Dios deseó que fuera, en el que Jerusalén sea una morada segura y duradera para judíos, cristianos y musulmanes, y un lugar en el que todos lo hijos de Abraham se mezclen pacíficamente…”.

Esta frase coincide con la propuesta de Hans Küng sobre paz religiosa. En los acuerdos de Camp David en el año 2000, se aceptó la creación de un Estado Palestino con capital en Jerusalén; con posterioridad para zanjar una de las mayores dificultades, la soberanía sobre la explanada del Templo, denominada así por los judíos, o la explanada de las Mezquitas, llamada así por los musulmanes, se propuso que la soberanía del subsuelo, área en la que se supone estuvo localizado el segundo templo, sería de Israel, y el suelo, donde están localizadas las mezquitas desde hace más de 1.200 años, le correspondería a Palestina. La política maximalista de Arafat no le permitió aceptar los acuerdos de Camp David. Posteriormente el triunfo de Hamás y su negativa a aceptar el Estado de Israel no permitieron desarrollar estos acuerdos ni los posteriores de Oslo.

Por supuesto que Obama reitera que su papel primordial es la defensa de los intereses de EE.UU., y la seguridad de sus ciudadanos. “Y mi primer deber como Presidente es proteger a los americanos”. A veces, ingenuamente, se olvida que la política exterior norteamericana determina que ese país no tiene amigos sino intereses. Hay un cambio lingüístico, de la guerra contra el terrorismo se pasa a “Afrontar el extremismo violento”. Distingue entre las invasiones a Irak y a Afganistán, considera que la primera fue una guerra de elección que provocó divergencias en todo el mundo, la segunda la justifica como una acción de necesidad para perseguir a Al Qaeda luego de los atentados del 11 de septiembre. Cumpliendo su promesa electoral reafirma el cierre de la prisión de Guantánamo, y reconoce que el temor y la ira “llevó a los EE.UU. a actuar en forma contraria a sus ideales”. La derecha en EE.UU. tiene una fuerte oposición al cierre de Guantánamo, sin embargo algo se ha logrado; se liberó un prisionero que fue capturado cuando tenía catorce años.

En relación con Irán y su programa nuclear, reconoce que las tensiones existentes tienen origen en el papel que desempeñó EE.UU. durante la guerra fría derrocando a un gobierno iraní democráticamente elegido. Expresa que debe evitarse una carrera de armas nucleares en el Oriente próximo que puede precipitar a esta región y al mundo a un camino extremadamente peligroso. No hace referencia al programa nuclear de Israel, pero acepta que “Ninguna nación por sí sola deberá decidir qué naciones tienen armas nucleares”. Se olvida que el único país con armas de destrucción masiva que las ha empleado para destruir objetivos no militares ha sido EE.UU., y que la tripulación del Enola Gay que partió el 6 de agosto de 1945, para matar más de 100.000 civiles en Hiroshima, y dos días después 80.000 en Nagasaki, fue bendecida por el reverendo George Sabelka. Malas prácticas las de mezclar la religión con la guerra.

El discurso de Obama abre caminos de esperanza para la paz; y muestra que para el bienestar mundial, una condición necesaria, pero no suficiente, es tener un líder que sea un estadista y un intelectual.

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