When All Else Fails, Get Angry!

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En su gira asiática, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, alertó a los ayatollah iraníes y Corea del Norte, y no descarto “acciones contundentes”, si ante la reiteración de oferta de diálogo sigue el silencio de la República Islámica.

En tono severo, Clinton dio a entender que no “existirán más dilatorias” si Irán continúa su carrera para la construcción de armas nucleares.

La Secretaria de Estado, bastante más delgada que en los últimos tiempos, consecuencia de las agitadas y constantes giras que realiza desde hace casi seis meses por las regiones del mundo en “alerta roja”, que no son pocas, dio el primer paso para demostrar que sabrá poner el gesto adusto, como vocera del gobierno de Barack Obama, notoriamente más flexible y dialogante que el antecesor de George W. Bush, cuando enfrente actitudes de intransigencia y veladas amenazas.

Clinton puso su voz en tono alto en su gira por Asia, ante el silencio de los ayatollah y el presidente Mahmud Admadinejad, frente a los reiterados mensajes de diálogo y gestiones para que detengan la carrera de armamentismo nuclear.

“Mantenemos la puerta abierta para negociar, pero queremos dejar bien en claro que, como lo hemos repetido una y mil veces, actuaremos, de no ser oídos, para mejorar la defensa de nuestros socios en la región”, avisó Clinton durante una conferencia de prensa, repetida en los canales de televisión de Estados Unidos, que ofreció ayer en Bangkok.

La primera figura de la diplomacia americana lució a lo largo de la charla una voz firme, dejando en evidencia que su viaje por Asia obedece a la idea de la Casa Blanca de poner los puntos sobre las íes y no permitir que Estados Unidos, los países europeos y las Naciones Unidas esperen una respuesta que no llega e Irán siga avanzando en su programa de armas nucleares.

La inquietud de Hillary Clinton se extendió asimismo “a los constantes desafíos del régimen de Pyongyang que no cesa en sus pruebas nucleares. La única opción para Corea del Norte es la total desnuclearización, la decisión es irreversible y están de acuerdo China, Rusia, Japón y Corea del Sur, integrantes del comité de seguridad asiático”. Clinton sumó a su vez “la inquietud que provoca a Estados Unidos la eventual transferencia de tecnología nuclear de Pyongyang a Myanmar (ex Birmania) una gran amenaza para los vecinos de la región”.

La Secretaria de Estado insistió en el tema Irán. “Queremos que Teherán haga el razonamiento que si Estados Unidos extiende un paraguas defensivo en la zona, si apoyamos más la capacidad militar de los países del Golfo Pérsico, es improbable que Irán se convierta en un país más fuerte, porque no sería capaz de intimidar y dominar, como lo piensan, aún en el caso de contar con armas nucleares”.

La actitud actual iraní hace crecer las dudas sobre las verdaderas intenciones de los ayatollah, que insisten que su programa nuclear es para uso civil. Estados Unidos y los países occidentales no descartan que estén aplicando una táctica dilatoria para ganar tiempo en su carrera armamentista.

Hillary Clinton, en este periplo asiático, insiste en la posición mantenida por Obama en la reunión del 10 de julio en Italia del G20. Allí el presidente de Estados Unidos señaló que los líderes occidentales tendrían que revisar su política hacia Irán en el próximo cónclave de septiembre, de mantenerse la actitud actual de la República Islámica de ignorar la vía diplomática.

La Secretaria de Estado confirmó ayer que los planes de Obama incluyen “un paso más severo” y no descartó “acciones contundentes”.

El viceministro de Israel, Dan Meridor, salió al cruce de inmediato a las palabras de Clinton, mostró pesimismo y tachó de “error” el hecho de aceptar que Irán tendrá armas nucleares. “¡Debemos impedirlo!”, sentenció.

Por la no agresión

Hillary Clinton firmó ayer en Tailandia un tratado de no agresión con la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean), un gesto que se percibe como la voluntad de reforzar las relaciones con la región. El tratado compromete a sus firmantes a solucionar pacíficamente sus conflictos. Una quincena de naciones ya lo firmaron, entre ellas China, Japón y, en 2008, Corea del Norte.

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