Terrorism’s New Threat

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Nueva amenaza del terrorismo

La sombra de Al-Qaeda ha vuelto a sembrar el temor en Estados Unidos y la inquietud en millones de pasajeros aéreos.

Quedó confirmado que la misma red terrorista que voló las Torres Gemelas, estuvo detrás del fallido atentado contra un avión de Northwest Airlines que realizaba el vuelo operado por Delta, entre Ámsterdam y Detroit, con 278 pasajeros a bordo. La organización ayudó a Umar Farouk Abdulmutallab, el joven nigeriano de 23 años, a adherir materiales explosivos a su cuerpo, con la intención de hacer estallar la aeronave en vuelo.

El frustrado atacante llevaba más de 80 gramos de un explosivo conocido como PET (tetranitrato de pentaeritritol), un compuesto relacionado con la nitroglicerina. Al parecer, el explosivo no estalló porque el detonador era demasiado pequeño o no estaba debidamente conectado. Lo sucedido es una demostración más de que las fallas en los sistemas de seguridad son siempre posibles. Umar es hijo del rico banquero nigeriano Umaru Abdulmutallab, que había advertido a las autoridades de la progresiva radicalización del pensamiento de su hijo. Incluso avisó a la embajada norteamericana en Abuja, capital de Nigeria, que su hijo se había radicalizado y había roto todo el contacto con su familia.

Lo curioso del caso es que, a pesar de que figuraba en la lista de “vigilancia terrorista” por supuestas actividades ilegales, el joven nigeriano contaba con todos los requisitos legales para trasladarse y residir en EEUU. En junio pasado, el Departamento de Estado le concedió una visa, que usó por primera vez en agosto, cuando estuvo en el país durante 11 días, y que no caduca hasta junio venidero. El terrorista admitió haber recibido entrenamiento en Yemen, lo que confirmaría que este país, hogar de los ancestros de Osama ben Laden, se ha convertido en un santuario para Al-Qaeda. Con dos rebeliones en su territorio, una en el Norte y la otra en el Sur, así como tribus armadas que tradicionalmente preservan su autonomía y protegen sus sectores, las autoridades yemeníes tienen dificultad para controlar un inmenso país cuyo relieve montañoso ofrece numerosos escondites.

Barack Obama afronta un nuevo frente en la lucha contra el terrorismo, cada vez más elástico y móvil. Habrá que tomar en serio la advertencia formulada por el senador Joe Lieberman, luego de su viaje a Sanáa, capital de Yemen: “Irak es la guerra de ayer, Afganistán la de hoy y Yemen la de mañana”.

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