Cuba Puts Obama on the Blacklist

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La amenaza terrorista

Cuba pone a Obama en la lista negra

La Habana considera que su inclusión en el grupo de países cuyos viajeros serán sometidos a controles adicionales barre los esfuerzos de acercamiento con EE UU

MAURICIO VICENT – La Habana – 09/01/2010

El Gobierno de Raúl Castro ha puesto a Obama en la lista negra. No es una broma pesada: La Habana considera que, un año después de llegar a la Casa Blanca, el primer presidente afroamericano de EE UU ha demostrado ser tan “enemigo” de la revolución como sus antecesores, por lo que el periodo de contemporizar con Washington ha terminado. Ayer, Cuba exigió a Obama su “inmediata exclusión” de la lista de países terroristas y condenó la iniciativa “injusta y arbitraria” de someter a controles adicionales de seguridad a los viajeros cubanos.

El Gobierno cubano ya había convocado el martes al jefe de la Sección de Intereses de EE UU en La Habana, Jonathan Farrar, para protestar por la medida, que considera una “nueva acción hostil del Gobierno de Estados Unidos”. A juicio de La Habana, la decisión norteamericana está motivada por razones políticas “y tiene como único propósito justificar la política de bloqueo que la comunidad internacional rechaza de manera unánime”.

En la misma línea, el ministerio de Relaciones Exteriores difundió ayer una larga declaración que critica a Obama por su actitud “arbitraria” y “manipuladora” al mantener a la isla en la lista de países terroristas. La cancillería cubana hace memoria: recuerda que fue el gobierno republicano de Ronald Reagan el que incluyó a Cuba en la lista de países terroristas, en 1982, “para tratar de desacreditar la imagen de la Revolución”. Desde entonces, dice, todos los presidentes norteamericanos, incluido Obama, han ratificado la calificación, que conlleva la aplicación de sanciones económicas, la prohibición de transferencia de tecnología y medidas restrictivas contra el país y sus ciudadanos.

La diplomacia de Raúl Castro rechaza los argumentos de la administración Obama, que arguye que la isla debe estar en la lista de marras porque en 2008 dio refugio a terroristas de ETA y a miembros de las guerrillas colombianas de las FARC y el ELN.

Según el comunicado, la presencia en Cuba de varios “miembros de la organización vasca ETA que estaban en el exilio” se debió a un acuerdo de 1984 con el Gobierno español, y este es un asunto bilateral sobre el cual EE UU no tiene “autoridad para inmiscuirse”. La Habana afirma que los etarras residentes en la isla “nunca han utilizado” el territorio cubano en las “actividades” de la organización “contra España ni contra ningún otro país”.

Por otro lado, asegura que es conocido y “respetado” internacionalmente el papel de Cuba como país facilitador en las conversaciones de paz en Colombia, por lo que considera una burla la acusación de connivencia con las FARC y el ELN. Sobre la denuncia de que la isla “continua permitiendo que algunos fugitivos de EE UU vivan ilegalmente” en territorio cubano, la cancillería asegura que “jamás han encontrado amparo, ni residen terroristas de ningún país”. Cuba, eso sí, “ha ofrecido legítimamente protección y asilo político a algunos luchadores por los derechos civiles norteamericanos”, admite la nota oficial.

El Gobierno castrista asegura que, en cambio, en Estados Unidos sí “residen impunemente” delincuentes, “asesinos y terroristas” reclamados por la justicia cubana. Pone como ejemplo a los anticastristas Luís Posada Carriles y Orlando Bosch, acusados del atentado contra un avión de Cubano de Aviación en 1976, en el cual perdieron la vida 73 personas, quienes residen en Miami y están en libertad. “Algunas de estas verdades no han podido ser desconocidas por esos mismos informes (…) que designan a Cuba como ‘Estado patrocinador del terrorismo”, sentencia el comunicado.

La decisión de incluir a Cuba en la lista de 14 países cuyos viajeros serán sometidos a controles adicionales de seguridad ha sido la gota que ha desbordado el vaso de la paciencia de Raúl Castro. Durante el primer semestre de la presidencia de Obama las tensiones entre ambos países se redujeron, pero recientemente los roces se han multiplicado. En diciembre, Castro informó de la detención de un ciudadano estadounidense acusado de repartir ordenadores y equipos satelitales por encargo de Estados Unidos para “promover la democracia en Cuba”. “El enemigo está tan activo como siempre (…) y no renuncia a destruir la revolución y generar un cambio de nuestro régimen”, dijo entonces. Obama estaba a punto de triunfar en la particular lista negra de Cuba.

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