Exceso de alcohol y carencia de terapeutas es el gran dilema que encaran las autoridades castrenses de Estados Unidos desde que se iniciara la guerra contra Iraq en el 2003.
Según despacho de la agencia mexicana Notimex, fechado en Washington, el número de soldados “que buscan tratamiento por abuso de alcohol” se ha incrementado en 56 por ciento.
“El ejército –agrega el cable– necesita duplicar el personal especializado en tratamiento del alcoholismo para manejar el creciente número de soldados que buscan terapia”, declaró en entrevista al cotidiano USA Today el general Peter Chiarelli.
Ese militar, segundo oficial en jerarquía del ejército norteamericano, expresó que se requieren no menos de 300 “consejeros” para “cubrir la demanda” , así como disminuir el tiempo entre consultas y ofrecer servicios nocturnos y de fines de semana.
De acuerdo con la propia Notimex, el pasado año nueve mil 199 miembros del ejército de EEUU “buscaron tratamiento”, luego de haberse diagnosticado con problemas por esa dependencia.
En total, los militares que se encuentran en diversos tipos de tratamiento de esta naturaleza sobrepasan los 16 mil 300.
USA Today da a conocer que “en el 2003, cuando comenzó la guerra contra Iraq”, casi seis mil militares se inscribieron para ser beneficiarios de algún tipo de terapia o tratamiento, y poco más de 11 mil “buscaron asesoría”.
El alcoholismo, al parecer, resulta válvula de escape para los uniformados que se hayan enrolados en los diferentes conflictos bélicos o destacados en bases militares que, extra fronteras, el gobierno de los Estados Unidos sostiene en diferentes naciones del planeta.
Trascendidos dieron a conocer, asimismo, que en el 2009 el secretario del ejército, Pete Geren, solicitó a Chiarelli buscar formas para disminuir el número de suicidios entre las tropas.
Al parecer, los altos mandos castrenses han hallado determinada relación entre los fallecidos y el abuso o consumo excesivo de sustancias adictivas, como el alcohol, y que reportó 160 muertes en esos 12 meses.
Estadísticas reflejan que, entre las sustancias prohibidas, el consumo de elevadas dosis de alcohol es predominante: el 85 por ciento de los casos bajo tratamiento acerca de las adicciones están referidas a la bebida.
La ausencia de sus lugares de origen, la permanencia en suelo foráneo, la agresividad y otros males, parecen constituir los principales aspectos que influyen sobre los militares, quienes buscan su vía de escape en el consumo elevado de alcohol.
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