The Size Matters

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Todos aprendemos de la experiencia. Los hechos más recientes influyen sobre nuestros análisis más que aquellos otros que se difuminan en la memoria. La estrategia diseñada por el general McChrystal para Afganistán, sólo parcialmente asumida por el presidente Obama, está marcada por la que aplicó el general Petraeus en Irak, que sí gozó del pleno apoyo del entonces presidente Bush. La operación Mushtarak, dirigida a limpiar de fuerzas talibanes la conflictiva provincia de Helmand, recuerda mucho las dos tomas de la ciudad de Faluya, en la no menos conflictiva provincia iraquí de Anbar, y no sólo por la coincidencia de algunas unidades en ambas campañas.

Norteamericanos e iraquíes conquistaron la plaza fuerte islamista de Faluya, expulsaron a los insurgentes, se retiraron en pos de nuevos cometidos… y los islamistas volvieron a hacerse con el control de la ciudad. Petraeus tuvo la habilidad de convencer a Bush de que sólo aumentando considerablemente el contingente -hasta 150.000 hombres- sería posible consolidar el control sobre el territorio. Se reconquistó Faluya, se mantuvo un dispositivo de seguridad conjunto y el antiguo reducto radical se convirtió en bastión del «despertar» suní.

La operación Mushtarak ha sido publicitada con anterioridad a su inicio y hasta el último talibán estaba al tanto de lo que iba a ocurrir. Fuerzas de choque están limpiando el territorio…, pero es muy probable que la mayor parte de los insurgentes se hayan retirado a posiciones seguras, sabedores de que los norteamericanos no tienen tropas suficientes para ocupar permanentemente el territorio. Esperarán su retirada y retomarán el control de la provincia. Afganistán es un teatro más complicado que Irak y Estados Unidos se equivoca si piensa que se puede lograr la victoria con menos recursos que entonces.

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