Ciudad de México (AIPE)- En 1945, varios países europeos habían sido devastados por la II Guerra Mundial y las principales ciudades alemanas habían sufrido devastadores bombardeos. El panorama era peor al de Haití después del reciente terremoto.
El gobierno de Estados Unidos concibió el llamado Plan Marshall, que consistía en otorgar a varios países europeos millones de dólares, para la construcción de viviendas y hospitales. En el caso de Alemania, su canciller Konrad Adenauer y el ministro de Economía, Ludwig Erhard, les comunicaron a las autoridades americanas que el Plan Marshall se haría como ellos querían o no aceptaban la ayuda.
Los norteamericanos proponían la construcción de enormes edificios multifamiliares, pero esa propuesta fue rechazada.
¿Qué querían Adenauer y Erhard? Los alemanes pidieron al gobierno americano es que los recursos se invirtieran en empresas, para que los trabajadores alemanes tuvieran ingresos estables y se reiniciara la producción industrial. Después vendrían las viviendas. El plan se implementó como pidieron los gobernantes alemanes, con la creación de empresas que convirtieron, en pocos años, a Alemania occidental en una potencia mundial.
Los haitianos necesitan ayuda, pero si queremos que un desastre -como el sufrido durante la II Guerra por Alemania y Japón- se convierta en el punto de partida de un progreso duradero es necesario que el gobierno haitiano establezca las condiciones para que aumenten las inversiones en empresas y maquiladoras.
Es necesario que los países ricos vean a Haití no sólo como una zona de desastre, sino como un país donde se puede invertir. Sólo así los haitianos no regresaran a los mismos niveles de miseria que tenían antes del terremoto.
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