Obama’s Resurrection

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El domingo pasado, ya de noche, cuando la Cámara de Representantes aprobó la reforma al sistema de salud, la presidencia de Barack Obama, ninguneada por

muchos, resucitó.

En los últimos seis meses había sido atacada fuertemente por la derecha que considera al mandatario un político radical, pero también con la misma vehemencia

por la izquierda que se sentía defraudada ante una administración que no cumplía lo prometido y lograba casi nada.

Obama venía siendo atacado sobre muchos asuntos, pero ninguno con la pasión y la furia que despertó su proyecto de reformar el sistema de salud, cuyo triunfo,

si bien no llegó fácil, se tardó mucho más meses de lo esperado y se logró sin ningún apoyo de la oposición, pero llegó y es una victoria de dimensiones

históricas.

Pocas veces antes la simple firma de un presidente ha cambiado tantas vidas y Obama pasará a la historia como el jefe de la Casa Blanca que consiguió,

después de un difícil año de argumentos a favor y en contra y de décadas de intentos frustrados, dar a su país un sistema de salud mediante el cual todos

sus ciudadanos tengan acceso a un médico.

El presidente merece todo el crédito de haber logrado cambiar cómo funciona el sistema de salud en este país, donde toda la medicina es privada y donde

enfermarte puede llevarte a la quiebra. Donde curarte de un mal era hasta hoy un privilegio de ciertas clases y para nada un derecho de todos.

El triunfo de su plan a la vez rescató al mandatario, de ser considerado un perdedor tan sólo en su segundo año de gobierno.

Gracias a Obama habrá cambio, pero no vendrá de la noche a la mañana. De hecho está programado para realizarse complemente a lo largo de cuatro años, cuando

finalmente en 2014 se exija por ley que todos los estadunidenses tengan seguro médico. Para entonces se prevé que el 95 por ciento de los ciudadanos estarán

asegurados.

De los 46 millones de personas que en la actualidad no tienen seguro médico, 32 millones lo lograrán con la aprobación de esta ley, considerada como un

gran cambio social sólo similar al que en el pasado implementó las pensiones de la seguridad social, la medicina para los ancianos y los pobres y la igualdad

para las minorías.

El plan de salud, que se espera en los próximos días obtenga la aprobación del Senado sin mayores obstáculos, es, sin embargo, visto por los conservadores

de la derecha como una muestra más de lo que, dicen, son las tendencias dictatoriales y socialistas del presidente, mientras que los liberales están inconformes

porque argumentan que Obama cedió demasiado a las presiones de las grandes aseguradoras y de la poderosa industria farmacéutica.

Y es que a final de cuentas el nuevo sistema de salud no sólo aumentará los impuestos a los ricos, sino que carece de la opción pública que Obama había

prometido y mediante la cual el gobierno podría proveer también de servicios médicos.

Aun así, el plan establece entre otros puntos que las aseguradoras no pueden discriminar en contra de niños ni de adultos por estar enfermos cuando solicitan

cobertura; permite que los padres incluyan en su póliza a hijos de hasta 26 años, otorga cuidados preventivos gratis a los ancianos y brinda facilidades

a pequeños empresarios para que a su vez otorguen cobertura médica a sus empleados.

Por lo mismo parece difícil de creer que según las últimas encuestas la mitad de la población se opone a un sistema de salud para todos y más difícil de

creer aún que Estados Unidos sea hasta hoy el único país del mundo entre las naciones industrializadas que carece de un sistema de salud universal. Alemania,

por ejemplo, fue el primero en tener uno y este data de 1883 cuando fue creado por Otto von Bismarck. En el hemisferio, países como México, Argentina,

Brasil, Canadá, Colombia y Perú hace muchos años que brindan asistencia médica como parte de la seguridad social.

El plan de Obama triunfó por 219 votos a favor y 212 en contra por lo que es fácil imaginar que los republicanos amenazan con una campaña política y legal

en contra. Según el senador republicano por Carolina del Sur, Linsey Graham, la reforma migratoria será la primera consecuencia.

Día a día, por meses, Obama fue atacado, su reputación y sus motivos se pusieron en duda, pero la victoria llegó y es hasta el momento la más grande y

mejor para su administración y una que seguramente le dará más poder para cumplir los cambios que prometió. Con el voto del domingo se inició el segundo

capítulo de esta presidencia.

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