The U.S. Wants a Pact against Nuclear Terrorism

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La cita internacional pierde repercusión tras la baja del primer ministro israelí, que temía una «emboscada»

Cuando el presidente Barack Obama anunció la convocatoria de la Cumbre Nuclear que arranca hoy en Washington, su equipo del Consejo de Seguridad Nacional se preparó para albergar la mayor conferencia en EE UU desde la que dio lugar a Naciones Unidas en 1945.

Entonces no entraba en los planes que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, cancelase su asistencia en el último momento por miedo a una emboscada de Turquía y Egipto y las tensiones con China por la venta de armas a Taiwán y la reunión con el Dalai Lama. Así las cosas, este encuentro se ha convertido en una cuestión de prestigio personal para Obama después de marcarse hace 12 meses el ambicioso objetivo de recuperar todo el uranio enriquecido en cuatro años. Aun así, Obama intentará hoy y mañana relanzar la cumbre, que reúne a 47 líderes de la comunidad internacional entre jefes de Estado, Gobierno y altos representantes de la ONU, la Unión Europea y la Agencia Atómica Internacional.

En un ronda de entrevistas que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, tuvo ayer con las televisiones estadounidenses, quiso restar importancia a la ausencia del primer ministro judío y destacó las amenazas nucleares ante las que se encuentra la comunidad internacional. Desde el Consejo de Seguridad Nacional, Ben Rhodes explicó a los periodistas que «esta cumbre está dedicada a la seguridad y amenaza de terrorismo nuclear. Es fundamental verla como un punto de partida de la grave naturaleza de este tipo de terrorismo. Al Qaida persigue la construcción de un arma nuclear. Es importante la acción colectiva de la comunidad internacional para asegurar los materiales vulnerables», destacó. En el punto de mira de EE UU también se encuentran Irán o Corea del Norte, ausentes en la cumbre. Ya lo advirtió Obama hace días cuando pronosticó nuevas sanciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para los iraníes. Precisamente ayer, Teherán denunció la política nuclear de EE UU.

Además de los tropiezos con Israel, que siempre evita abordar la cuestión de su supuesto arsenal nuclear, y China, fundamental para presionar a Irán por sus relaciones comerciales, Obama se enfrentará al desafío de arrancar el más mínimo consenso en día y medio. Muchas naciones son reacias a las injerencias extranjeras en sus programas nucleares, entre las que se encuentran China, Rusia e India. Precisamente, Obama se reunió ayer por la mañana con los líderes de Kazajistán, Nursultan Nazarbayev; Suráfrica, Jacob Zuma; India, Manmohan Singh, y Pakistán, Yousaf Raza Gilani. Las dos últimas naciones no son firmantes del Pacto de No Proliferación Nuclear, aunque sus buenas relaciones son determinantes por la cuestión de Afganistán. También mantuvo una conversación de cortesía telefónica con el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan. Hoy el estadounidense inaugurará la sesión de conferencias y reuniones de la cumbre después de reunirse con el rey Abdullah de Jordania, el primer ministro de Malasia, Mohamed Najib Abdul Razak, y los presidentes de Armenia, Serzh Sargsian, y China, Hu Jintao.

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