No Love for Bankers in America

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La banca, la institución con peor imagen en EEUU

20ABR 2010 04:18

¿Qué es lo que más detestan los estadounidenses? En teoría, conociendo este país, habría que decir: “el Gobierno”. Pero esta crisis lo ha cambiado todo. Y ahora los bancos han logrado la cuadratura del círculo: irritar más que el Gobierno. Así lo pone de manifiesto esta encuesta del Centro de Estudios Pew, el instituto de análisis de la opinión pública más prestigioso de Estados Unidos.

La cosa tiene mérito. Sobre todo, porque el sondeo se ha hecho cuando los estadounidenses odian más al Gobierno, es decir, en vísperas del 15 de abril, que es la fecha en la que concluye el plazo para la declaración del IRPF. Y porque, además, se ha producido antes de que estallase el nuevo escándalo de Wall Street de la venta por parte de Goldman Sachs de activos que el banco sabia que iban a caer (Goldman no era un caso aislado: entre los bancos investigados están el británico Barclays, el alemán Deutsche Bank, los suizos UBS y Cédit Suisse, y los estadounidenses Citigroup, Morgan Stanley y Bank of America).

Pero así son las cosas: el 69% de los estadounidenses tiene una opinión negativa de los bancos. Justo cuatro puntos más que el Ejecutivo y el Legislativo, empatados en el 65%. En tercer lugar, apenas un punto por detrás del Gobierno, están las grandes empresas, con un rechazo del 64%.

Estas cifras dan más capital político a Barack Obama, que se ha comprometido a reforzar la supervisión del sistema financiero de EEUU. Al contrario que en el caso de la reforma de la Sanidad, donde lo único que Obama quería era una reforma que enseñar al electorado y nunca presionó al Congreso a favor de una u otra opción (siempre, evidentemente, que el sistema cambiara), en esta reforma la Casa Blanca se ha involucrado hasta las cejas. Y con la impopularidad de los bancos, Obama tiene un buen blanco.

Más allá del caso concreto de los bancos, la encuesta del Pew confirma la vieja tesis de que las crisis son malas para la sociedad. Y para los valores. Por ejemplo, generan la idea de que el éxito personal depende más de la suerte que del trabajo. Y, ligado a eso, reducen la confianza en el Gobierno. En general, reducen la confianza en todo. En el Gobierno, en el sector privado, en uno mismo y en los demás. Máxime cuando, como en el caso de España o de EEUU, las crisis se suceden siempre tras episodios especulativos en los que parece que hacerse rico es lo más fácil del mundo. Es la economía bipolar en que vivimos: del ‘boom’ al ‘boost’, como dicen aquí.

Y el peor momento en esa tendencia suele llegar con las recuperaciones económicas, como en la que está ahora EEUU. Porque son momentos en los que las empresas ganan dinero (Citigroup: 3.269 millones de dólares en el primer trimestres; Google: 1.443 millones; hoy sabremos los resultados de Apple y Goldman Sachs). Pero la gente en la calle no lo nota. En EEUU, por ejemplo, los beneficios empresariales están batiendo records. Pero los ingresos per capita de los ciudadanos están cayendo.

Tal vez eso explique la oleada de nihilismo de la presunta Tierra de las Oportunidades. Los estadounidenses están cabreados con todo y con todos. Por ahora, sólo se salvan de ese pesimismo existencial las universidades, las iglesias, las pymes y, oh sorpresa, las empresas tecnológicas, que gozan del respaldo del 68% de la población. Tal vez sea porque ese sector está empezando a llevar a cabo contrataciones de forma masiva.

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