¡Quien no esté “untado” de petróleo que levante la mano!… Empezando por el propio Obama, que recibió 71.000 dólares de donaciones de los trabajadores de BP durante su campaña presidencial. O el director de la CIA Leon Panetta y el enviado especial para Oriente Medio George Mitchell, que llegaron a ejercer como “asesores” de BP. O el senador John Kerry, vinculado a través de las acciones de su propia familia no sólo a BP sino a Transocean, la compañía que fabricó la plataforma accidentada en el Golfo de México…
Comparecen hoy los responsables del vertido de petróleo en el Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado. Se echarán las culpas los unos a los otros, para que parezca muy “real” de cara a la galería. Pero todo quedarán presumiblemente reducido a una reunión entre “amiguetes”, sin la menor trascendencia política.
Pinchen ustedes en la web del Center for Resposive Politics y descubrirán el dinero que ha invertido BP para cubrirse las espaldas en Washington: 16 millones de dólares en el 2009, 3,5 millones en lo que va del 2010. La tradicional querencia por los republicanos se ha ido nivelando en los dos últimos años: los demócratas han recortado distancias y acaparan ya el 40% de las donaciones petroleras.
“Obama no ha aceptado donaciones de los comités de acción política o de ningún lobby a nivel federal”, se excusa el protavoz de la Casa Blanca Ben LaBolt. Cierto: el entonces candidato demócrata recaudó 750 millones de dólares aportados generosamente por cuatro millones de norteamericanos. Entre ellos, decenas de trabajadores de BP que sumaron en total 71.000 dólares.
Meses después, Obama nombró como subsecretario de Energía a Steven Koonin, ex director científico de BP, y quien quiera entender que entienda…
Otra ineludible conexión: Tony Podesta, reputado “lobista” de BP America, es hermano de John Podesta, que dirigió el equipo de transición de Obama y sigue bombeando ideas sobre el futuro energético del país a través del Centro para el Progreso Americano.
El ex senador Tom Daschle, hombre clave durante la campaña de Obama y frustrado secretario de Sanidad, también figura en el plantel de ex asesores de BP.
Más vínculos comunes: dos ex colaboradores del fallecido senador Ted Kennedy, Anthony Coley y David Sutphen, han sido contratados por BP para “gestionar” la crisis, a través del Brunswick Group, la compañía de relaciones públicas y comunicación de Washington.
Aunque la conexión más visible y directa es sin duda la de la senadora demócrata por Luisiana Mary Landrieu. Aunque la soga del petróleo amenace con estrangular la economía de su estado, Landrieu sigue entonando a estas alturas el “Drill, baby, drill!” con casi tanta convicción como Sarah Palin. Su entusiasmo por el crudo está seguramente relacionado con los 17.000 dólares recibidos de comités políticos y donaciones individuales relacionadas con BP, según el blog OpenSecrets.
Seguiremos informando…
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