Where is Obama?

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¿En dónde anda Obama?

Quizás tratando de neutralizar los extremismos de Netanyahu y de lograr una suspensión del bloqueo a Gaza.

José Luis Valdés Ugalde

Seguramente Obama estará muy lejos de México en estos momentos en que se le complicó la presidencia con el derrame ocasionado por BP en el Golfo. También andará ocupado lidiando ahora con Brasil y Turquía, quienes decidieron desafiar a Washington, asumir la ofensiva por la libre y darle a Irán un respiro en su confrontación con EU y sus aliados, todo lo cual tiene enojadísimo al presidente y a la secretaria Clinton. Quizás tratando de neutralizar los extremismos de Netanyahu y de lograr una suspensión del inhumano bloqueo a Gaza y tratando de sumar a Hamas y a los demás actores para encaminar decentemente el proceso de paz. En fin, Obama puede andar en cualquier lado atendiendo los múltiples pendientes de su apretada agenda. Pero, ¿y la relación con México?, ¿importa en algo? Los asesinatos de Hernández Rojas en San Diego y del joven Sergio Hernández en la frontera con Ciudad Juárez, que han deteriorado la relación en un periodo muy corto, no han merecido un gesto contundente de sus instancias gubernamentales para asegurarnos que no se permitirá la impunidad de sus policías fronterizas. ¿En dónde está la señora Napolitano, de quien dependen las fuerzas policiales que ocasionaron los asesinatos de nuestros connacionales, uno de los cuales aparentemente ocurrió en suelo mexicano?

Después del optimismo desbordado que generó la amabilidad de los Obama con los Calderón, del aguerrido discurso de Calderón ante el Congreso, la relación bilateral se encuentra muy pronto en un impasse, parece haberse detenido en el tiempo y la diplomacia haber perdido el control sobre los mecanismos ordinarios, los de prevención, los de contención y disuasión de crisis que alguna vez tuvo. Hasta no saber cuáles serán los resultados de la investigación del FBI y las demás autoridades a cargo de las mismas, por lo pronto ya nos tuvimos que recetar las insultantes respuestas del sindicato de la Patrulla Fronteriza que acusa al adolescente muerto de haber sido contrabandista o que argumenta que, ante el peligro de las piedras que les arrojaban, los jóvenes, tuvieron que hacer fuego para defender su vida. ¿Y los principios básicos de la ONU sobre el empleo de la fuerza y de armas de servicio para hacer cumplir la ley, en dónde quedaron? ¿En los basureros del gobierno de EU? Lo cierto es que estos dos incidentes que nos han preocupado y escandalizado en México guardan una importancia mayor que la representada en su número: rompen con todos los protocolos internacionales y con la etiqueta diplomática de una asociación y una vecindad que se suponen de respeto y que vale la pena cuidar en virtud, no sólo de la importancia de nuestra mutua sociedad estratégica y comercial, sino de la gravedad en que se encuentra hoy la salud de la vida fronteriza. La gravedad del diferendo, pues, debería ser o es ya alta, se trata de una nueva crisis política binacional. La pregunta es si un puñado de extremistas enquistados en las policías fronterizas serán capaces de reventar el diálogo bilateral de forma y fondo. De estas chispas puede haber incendios mañana si no se activan los mecanismos de la diplomacia y se actúa por parte de México con la firmeza que el caso exige. Por lo pronto, podemos afirmar que estos incidentes y los que vengan hasta las elecciones de noviembre, son consecuencia de una infección diseminada por el virus SB 1070 que la gobernadora de Arizona y sus fascinerosos sheriffes produjeron y que ya contaminó a más estados de la Unión. Las muestras de saña y racismo contra los connacionales son mensajes y agresiones directas a Obama, quien siempre ha simpatizado con los latinos, sus aliados electorales estratégicos en 2008 y quizás en 2012, todo depende de si les responde a la altura de su crisis. Si el presidente no reaparece y actúa contra el virus antiinmigrante y lo anula a través del recurso constitucional, es muy probable que la derrota política que esto le ocasione en 2010 sea definitoria para sus posibilidades de reelección en 2012. Habrá que preguntarse en dónde anda el Temo Figueroa, figura central del triunfo electoral que Obama obtuvo entre los latinos y que hoy hace más falta que nunca en la Casa Blanca para convencer al presidente del peligro que corre su presidencia si no actúa con prontitud.

*Profesor-investigador visitante, División de Estudios Internacionales del CIDE

joseluis.valdes@cide.edu

2010-06-16 05:00:00

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