Este juez está “pringao”
Aviso a los lectores: este juez está “pringao”. Este juez (Martin Feldman) debería estar limpiando las playas y los pelícanos del Golfo de México en vez de impartir “justicia”. Este juez tiene o ha tenido intereses en Transocean y Halliburton (los dos “aliados” de BP en el pozo accidentado) y en otras cuatro compañías vinculadas a las grandes petroleras (Prospect Energy, Hercules Offshore, Parker Drilling y ATP Oil & Gas).
Y este juez va y dictamina que Obama no es quién para detener las perforaciones petrolíferas en las grandes profundidades marinas. Que se trata de una decisión “arbitraria y caprichosa”. Que aquí no ha pasado nada, vamos, y que BP y compañía deben tener carta blanca para seguir haciendo de las suyas como hasta ahora.
Lo más escandoloso del tema es que este juez tiene detrás al estado de Luisiana y al gobernador Bobby Jindal, practicando ese doble juego al que nos tienen aconstumbrados los republicanos: con una mano, poniendo el grito en el cielo; con la otra, haciendo al cama a las petroleras.
Peor aún, la mayoría de la gente del Golfo de México piensa que es una “mala idea” prohibir temporalmente las prospecciones petrolíferas y considera que el Gobierno debería ser aún más permisivo a la hora de conceder nuevas licencias. El periódico de Nueva Orleans, The Times-Picayune, se ha unido al coro renovado del “Drill, baby, Drill!” alegando que el cierre temporal de los 33 pozos exploratorios supondrá la pérdida de 24.000 puestos de trabajo.
“No podemos enmendar un desastre ecológico con un desastre económico”, asegura el abogado Henry Dart, que representa al estado de Luisiana y habla sin duda por los cientos de miles de paisanos que comen del petróleo (el pilar de la economía local, junto a la pesca y el turismo).
Viniendo de fuera, y contemplando los estragos que causaba ya el petróleo en el delta del Misisipí antes del vertido, uno se pregunta qué tendrá que pasar para que Luisiana y Estados Unidos salgan de su proverbial ceguera. Según un reciente sondeo del New York Times, la mayoría de los norteamericanos quiere una alternativa al petróleo antes de 25 años, pero la misma mayoría se opone a pagar una céntimo más por el sacrosanto galón de gasolina.
El crudo, entre tanto, sigue evenenando el mar a razón de 60.000 barriles diarios. Y van 64 días…
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