La sustancia anecdótica de la siguiente historia fue contada por Jorge Mújica Murias, activista a favor de los plenos derechos de los mexicanos del otro lado.
En distintas marchas y manifestaciones miles de migrantes y opositores a la legislación SB1070 entonan un estribillo muy popular: “Queremos amnistía pa’ tu tía y la mía”. ¿Cuál es la verdadera connotación de esta frase? ¿Se trata de una expresión con un indudable fondo?
Con ella los indocumentados en EU traen a cuento el caso de la tía de Obama, una mujer originaria de Kenia, África, recién amnistiada por la autoridad estadounidense de migración. Por ello la reacción de “si se puede hacer con uno se puede hacer con todos”.
El rocambolesco affaire de Miss Onyango ocurre en el momento donde la sociedad estadounidense se ve emplazada a decidir entre una amplia amnistía para la mayoría de los casos pendientes de inmigración con una solución justa o simplemente replicar en gran parte de los estados de la Unión Americana la ley SB1070, que entrará en vigencia el próximo 29 de julio.
La primera opción es la más saludable, a nivel social daría residencia legal y esperanza de vida a 12 millones de mexicanos e hispanos dispuestos a trabajar. A cambio la ley SB1070 criminaliza la inmigración ilegal en un país de migrantes, genera el odio racial contra latinoamericanos, significaría un retroceso en los derechos civiles y universales alcanzados en la nación más poderosa del planeta.
Sería la plataforma para multiplicar casos como el crimen del mexicano Anastasio Hernández, golpeado por agentes de la Patrulla Fronteriza de EU. Segregaría a personas en virtud de su apariencia física, crearía división y élites dentro de la sociedad interrumpiendo procesos de integración y usaría la intimidación para ubicar a los indeseables.
No perdamos de vista a la célebre tía de Obama y sepamos que Zeituni Polly Onyango llegó a la Unión Americana en el 2000, 24 meses después pidió asilo político bajo la excusa de miedo a la violencia ejercida por las tribus en Kenia. Esa primera solicitud le fue negada y le ordenaron salir del país. La señora Onyango desoyó al juez y se convirtió en fugitiva de la justicia y perseguida por la migra. Pero unos periodistas —por supuesto no policías— la localizaron en Boston en un apartamento subsidiado unos días antes de las elecciones del 2008.
En aquel momento, el candidato presidencial Obama se manifestó a favor de una reforma migratoria y además quedaron suspendidas las deportaciones temporalmente por las elecciones. También —lo habrán hecho— por pánico a deportar a la tía del posible presidente. De modo inesperado, la media hermana del progenitor de Obama, una vez más se fugó y se mudó a Cleveland y ahí contrató una abogada. Lo sorprendente fue cómo cambió su suerte, en seis meses le arrancó a los tribunales su derecho al asilo.
La señora Onyango obtuvo su permiso de trabajo, número de seguro social y la posibilidad de una licencia de conducir. Y lo más perdurable, en un año podrá solicitar residencia permanente y en cinco más su ciudadanía. Una vez frustrada la amenaza de deportación se dispuso a continuar su vida en una morada pública subsidiada por el gobierno en South Boston.
El revés de la moneda fue protagonizado por tres jóvenes migrantes indocumentados autores de un zafarrancho en la oficina de John McCain, el senador por Arizona, ex candidato republicano a las elecciones presidenciales de EU en 2008. ¿Qué ocurrió ahí?
Tania Unzueta, Lizbeth Mateo, Mohammad Abdollahi y otros jóvenes se introdujeron en la oficina del político en Arizona, y optaron por sentarse sobre el piso en protesta contra la ley propuesta. La presencia de los activistas no le agradó a McCain y entonces los intrusos fueron desalojados de modo violento.
Lizbeth Mateo y Abdollahi fueron arrestados y están en proceso de deportación. Ella es una joven mexicana, ilusionada en labrarse un destino en EU. Mohammad es de Irán, musulmán y gay, prófugo de la intolerancia en la nación islámica. Estos activistas sin papeles podrían argumentar a favor de su liberación y concesión de permiso de trabajo, seguro social, licencia de manejo, y hasta residencia permanente y ciudadanía, anteponiendo el favor otorgado a la tía del actual Presidente. Podría argumentarse que el joven iraní requiere el asilo ante el inminente castigo de las leyes sancionadoras de su preferencia sexual. Y por su parte, Lizbeth podría argüir miedo a morir en México víctima de un grupo paramilitar, un fuego cruzado, asalto o rapto. Sin embargo, la realidad de Estados Unidos está aún muy lejos de esa tolerancia.
Según varias encuestas, muchos estadounidenses están a favor de una reforma que dé la bienvenida a los inmigrantes, no obstante, más de la mitad apoyan la ley SB1070.
Queda la duda si fue acertado o no dirigir la protesta a la oficina de McCain, lo único cierto es que el político apoya la nueva ley de Arizona. McCain fue autor, junto al desaparecido Edward Kennedy, de la iniciativa de ley acerca de inmigración más avanzada y de gran sustento jurídico. McCain se ha sumado a una iniciativa racista que niega su trayectoria, hoy es un simple oportunista que además no escucha ni tolera la presencia de jóvenes migrantes en su oficina.
Académico, literario y periodista
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