Edited by Brigid Burt
‘Say no to Socialism’
En las colonias de clase media acomodada se asoman carteles que indican que la gente no conoce la política de Obama.
Mario Melgar Hace tiempo acabó la luna de miel de Obama. Asediado por los conservadores temerosos de una revolución social, así sea democrática, Obama espera las elecciones intermedias que auguran una derrota que le podría hacer perder su exigua mayoría en el Congreso. Los republicanos van con todo y si bien no tienen todavía un líder único visible, son muchos los espacios que disputarán a los demócratas. Además del Congreso, las elecciones para gobernadores serán una pauta de lo que podría ser su intento de reelección en 2012. La economía no reacciona, el desempleo aparece como si Obama lo hubiera ocasionado. Nadie recuerda los aciagos días de Bush, los últimos, cuando la economía parecía colapsarse junto con la General Motors.
El tema migratorio reapareció con nuevas y más sólidas raíces. Cualquier solución en cualquier sentido, endurecer la política migratoria o ir por una amnistía para muchos millones, requiere la participación de los republicanos y de los demócratas que no están convencidos de la política de Obama. Eso sin tomar en cuenta al Poder Judicial que tendrá que resolver varias causas.
La Ley SB 1070 amenaza con una rebelión de varios estados por intentar legislaciones similares. La participación de un número importante de estados, a través de sus abogados generales, en el litigio y a favor del texto de la gobernadora Brewer, es un indicador de que la mandataria local republicana no está sola. El abogado general del estado de Michigan, Mike Coz, serio aspirante republicano al gobierno de Michigan, encabezó una demanda a favor de la ley. Lo acompañaron Alabama, Florida, Nebraska, Pensilvania, Carolina del Sur, Sur Dakota, Texas y Virgina. El argumento de los abogados estatales es que leyes como la de Arizona son indispensables en tanto consideran que el gobierno federal no ha hecho nada en materia migratoria, por lo que corresponde a los estados ejercer esa facultad. Las encuestas muestran 60 por ciento de la población a favor de la ley de Arizona
La rebelión estatal contra el gobierno federal no es algo inédito en la historia política de Estados Unidos.
Los conflictos entre las facultades del gobierno federal y las de los estados ocupan muchas páginas de la historia judicial. La Suprema Corte ha dado la razón al gobierno federal y también a los estados. La moneda está en el aire.
Mientras tanto, la sociedad estadunidense se moviliza a su manera. En las colonias de clase media acomodada se asoman en los prados de las casas carteles con el aviso “Say no to Socialism”. Eso indica que quienes las muestran no conocen la política de Obama y menos saben lo que es el socialismo. No obstante han surgido otras manifestaciones más agresivas.
En Utah, estado cuya parte de su territorio alguna vez fue mexicano, se difundió una lista de mil trescientos supuestos ilegales en que se dan datos personales de sus identidades, con el propósito que sean deportados. La lista contiene los nombres, número de seguro social -clave para efectos de identificación- fecha de nacimiento, lugar de trabajo, teléfono, nombre de los hijos y fechas de probables alumbramientos de las mujeres embarazadas. La información cuya divulgación es ilegal y podría constituir delitos tiene atemorizados a los migrantes de ese estado vecino de Arizona.
Legisladores de Utah como de muchos otros estados, Nevada, Texas y Oklahoma y entre otros, preparan leyes estatales sobre migración, similares a la de Arizona, para discutirlas en sus congresos,.
En unos días entrará en vigor la Ley SB 1070, a menos que la juez Bolton, que lleva la causa, decida suspenderla.
Sus efectos perjudicarán la vida de cientos de miles en Arizona.
Afectará también a muchas familias en México. Un problema más para la abultada agenda nacional. No sabemos de ningún plan para enfrentar esta nueva contingencia.
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