Illegals Are Abused after Arrest in the U.S.

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WASHINGTON.— Cuando la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Janet Napolitano, anunció en octubre de 2009 un cambio radical en las políticas de detención para poner fin al trato inhumano que sufrían inmigrantes indocumentados en vías de deportación, su oficina prometió el inicio de una nueva era “con mayor seguridad y rendición de cuentas”.

Casi un año más tarde, la Organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado medio centenar de casos de vejaciones o abusos sexuales contra mujeres inmigrantes mientras permanecían detenidas o cuando se encontraban a punto de ser expulsadas del país.

“Esta situación es de la mayor gravedad, porque el tipo de abusos que cometen estos agentes se producen la mayoría de las veces cuando las mujeres están a punto de ser deportadas del país y no tienen oportunidad de denunciar”, aseguró José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.

“Lo triste del caso es que, muchas veces, estas mujeres no saben que tienen derechos y que tienen incluso la posibilidad de denunciar a quienes han abusado sexualmente de ellas”, añadió Vivanco, quien lamentó lo difícil que es dar seguimiento a estas denuncias, considerando que las víctimas han sido expulsadas del país. “De un total de 50 casos que hemos registrado en el último año y medio aproximadamente, hemos conseguido documentar 15 casos de abuso, vejaciones y hostigamiento”, dijo Vivanco. Lamentó que estas prácticas continúen a pesar de las promesas de la administración del presidente Barack Obama.

Según el reporte “Detenidas y en Riesgo: Abuso Sexual y Acoso en los Centros de Detención Migratoria de Estados Unidos”, los incidentes datan desde la existencia del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) y han proseguido con la Oficina de Servicios Migratorios y Aduanales (ICE).

Como ejemplo, reseña el caso de cinco mujeres detenidas en 2008 en el Centro de Procesamiento de Puerto Isabel, Texas, atacadas sexualmente por el guardia Luis Loya, quien ingresó a sus celdas y tocó sus partes íntimas argumentando que eran órdenes médicas. Loya, empleado de un contratista privado, fue sentenciado a tres años de cárcel.

Apenas en mayo pasado, un nuevo episodio de abuso sexual se registró cuando un guardia del centro de detención T. Don Hutton, en Texas, abusó de varias mujeres mientras permanecían detenidas o cuando eran trasladadas al aeropuerto para ser deportadas.

HRW advierte que no se trata de incidentes aislados, sino de un “patrón que se ha extendido rápidamente por el sistema de detención para indocumentados”.

La organización exigió al ICE aplicar las leyes y al gobierno crear nuevas para evitar que este tipo de casos se repitan y para garantizar que los responsables paguen por sus delitos.

El sistema de detención de ilegales registra índices récord de ocupación (un promedio de 31 mil personas por día) tras el inicio de una campaña de detenciones y deportaciones ordenada por la administración Obama que ha superado todas las estadísticas de sus antecesores. Según el reporte, tan sólo en el año fiscal 2009 fueron detenidas 382 mil personas, un aumento de 64% con respecto a 2005. De este total, 9% son mujeres.

“Queremos pedir a gobiernos como el de México que pongan atención a este tipo de víctimas para que, una vez que son expulsadas, les tomen declaración para que sus casos y sus denuncias no queden impunes”, añadió Vivanco al enfatizar que uno de los grandes problemas en este tipo de casos es el escaso control, vigilancia y escrutinio que el gobierno mantiene frente a los contratistas encargados de gestionar estos centros de detención y el traslado de mujeres hacia los puertos de salida o aeropuertos cuando son deportadas.

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