Faltan unas semanas para las elecciones intermedias y algunos movimientos ciudadanos tienen dividido al país.
Ana Paula Ordorica
Los estadunidenses irán a las urnas en elecciones intermedias en unas semanas y la batalla tiene dividido al país.
En las últimas semanas los ciudadanos han salido a las calles a repudiar el centro comunitario musulmán que se tiene proyectado construir en el corazón del 11 de septiembre, a un lado de donde estaban localizadas las Torres Gemelas.
Y este fin de semana fue marcado por el rally del comentarista de Fox News, Glenn Beck, que quiso presentarse a sí mismo como la reencarnación de Martin Luther King.
Reunidos en el mismo lugar y en el mismo día que hace 47 años Martin Luther King, líder de la lucha por los derechos civiles, pronunciara el famoso discurso Yo tengo un sueño, miles de seguidores acompañaron a Beck y a Sara Palin para lograr lo que ellos llaman la recuperación del honor de Estados Unidos.
Ambos, Beck y Palin, y sus seguidores, han acusado al gobierno de Obama de querer convertir al país en uno socialista. Han acusado a los simpatizantes del presidente y a todos aquellos que no se unan a su causa ultraconservadora de ser enemigos de la libertad; enemigos de la religión, ¡enemigos!, ¡enemigos!, ¡enemigos!
Esos son los gritos desenfrenados que se escuchan en los medios de comunicación, en la clase política en los candidatos que ganaron las primarias de esta semana; en los que las perdieron.
Las reacciones en los medios de comunicación fueron impresionantes. El New York Times tuvo columnas durísimas en contra de Beck, señalando su irresponsabilidad en estar encendiendo al país como lo está haciendo.
Bob Herbert recordó incluso otros capítulos en la historia de EU en donde momentos similares han generado violencia en el país. Así sucedió dos semanas después del histórico discurso de King en 1963, cuando un grupo del Ku Klux Klan bombardeó una iglesia en Birmingham matando a cuatro niñas. Y tres meses después de la marcha el presidente John F. Kennedy fue asesinado.
Y en el lado opuesto, en el Wall Street Journal, los señalamientos en contra de la izquierda fueron igual de duros.
En el epicentro de todo este movimiento de odio están los grandes billonarios. Los que ya se conocían, como Rupert Murdoch, y los que acaban de salir a la luz pública como los hermanos Koch.
La influencia, el cabildeo y el financiamiento de estos hermanos -los más ricos en EU después de Bill Gates y Warren Buffet- para golpear al movimiento progresista están documentados en un excelente artículo de Jane Mayer publicado en el semanario New Yorker: Operación encubierta.
La ironía es que todos estos movimientos ciudadanos, empezando por el movimiento del Partido del Té, están siendo financiados por estos billonarios que han sabido utilizar a los ciudadanos de a pie para acusar al gobierno de Obama de ser una marioneta de los poderes fácticos, cuando al final son ellos mismos las marionetas de estos ricachones.
Pero el enojo no termina ahí. La gran pregunta de los que no son afines a estos radicales es: ¿y dónde está Obama mientras todo esto sucede?
Hay un tremendo enojo de EU en contra de EU mismo.
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