La semana pasada los Estados Unidos implementaron una nueva ley de fomento a los pequeños negocios, con la intención de crear fuentes de empleo.
La crisis internacional esta empujando a muchos países a focalizar una serie de facilidades a sus sectores productivos, con el objetivo de fomentar la producción.
Es importante tener presente que en dicho país una pequeña empresa dentro de las diferentes ramas productivas, es aquella que en general cuenta con hasta 500 empleados y en algunos casos hasta 1,000.
La ley se focaliza en dos áreas. Primero facilitar fuentes de financiamiento. La crisis bancaria en los Estados Unidos, si bien ha mantenido las tasas de interés bajas, ha reducido la capacidad de financiamiento.
Esta ley busca brindar liquidez a las empresas, para fines de realizar inversiones o expandir su capital de trabajo.
Cuenta con la capacidad de apoyar financiamientos, aumentando las garantías, para una cartera de crédito de 14 billones de dólares. Estas facilidades abarcan préstamos de hasta US$5 millones.
En adición, se crean nuevas disposiciones para otorgar préstamos expresos, de hasta un millón de dólares, y otras facilidades de financiamiento.
Segundo, la ley extiende ocho recortes impositivos, con el objetivo de que las empresas realicen nuevas inversiones y se expandan.
Por ejemplo, todas las compras de nuevos equipos, por el primer medio millón de dólares, pueden ser inmediatamente depreciado en un solo año.
En adición, permite depreciar al doble del ritmo las adquisiciones de maquinarias y equipos por encima de este nivel. También las ganancias de capital están excluidas del pago de impuestos.
En adición brinda facilidades en aspectos puntuales para las deducciones de los gastos en seguros de salud y uso de teléfonos celulares.
Expande a cinco años la capacidad de las empresas de contar con créditos fiscales hacia el futuro para la aplicación de impuestos sobre la renta.
En adición, limita las multas por errores al reportar ciertas transacciones impositivas.
Al analizar esta nueva iniciativa del presidente Obama, tiene elementos muy similares con la ley de Proindustria implementada por las autoridades dominicanas tres años atrás: fomentar la inversión y la modernización industrial, vía el otorgamiento de facilidades impositivas y la capacidad de facilitar financiamientos.
Proindustria, a raíz del deterioro del entorno internacional, tiene el potencial de jugar un rol protagónico en la articulación de los sectores productivos con las principales instituciones gubernamentales que inciden en los mismos.
Así como las autoridades estadounidenses están expandiendo su apoyo a los sectores productivos en su país, así mismo debemos seguir apoyando a los nuestros.
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